La enfermería es un trabajo muy singular que necesita de un tipo de persona muy especial para poder llevarlo.
Florence Nightingale decía de esta profesión: "La enfermería es un arte, y si alguien quiere dedicarse al arte, necesita una devoción exclusiva así como una preparación realmente dura, al igual que haría cualquier pintor o escultor. Sustituimos los lienzos y el mármol por un cuerpo vivo. Se trata de una de las Bellas artes, o casi diría, la más fina de las Bellas Artes".
Durante los primeros días de la enfermería, era una de las pocas profesiones a las que podía aspirar una mujer. Desde entonces, muchos aspectos han ido cambiando con el tiempo - como las reglas de las enfermeras - o lo más evidente, sus uniformes.
Hoy te mostramos cómo han ido evolucionando todos esos gigantescos vestidos, delantales y cofias que solían llevar antiguamente.
En el Siglo XIX
En el siglo XIX, la enfermería todavía era considerada una "profesión de calle", y la mayoría de enfermeras llevaban uniformes de sirvientas, que consistían en una bata negra con una cofia y un delantal.
Cuando comenzó el siglo XX, pioneras como Florence Nightingale mostraron al mundo cómo eran de importantes las enfermeras educadas para la salud y la duración de las vidas humanas, especialmente para los soldados.
Las enfermeras entrenadas poco a poco empezaron a llevar trajes con colores más claros con delantales blancos y las típicas cofias de enfermera para indicar que se dedicaban a esa profesión.
A principios del siglo XX
Gracias a la influencia de Nightingale, la enfermería se convirtió rápidamente en una profesión más respetable, con escuelas y uniformes para las enfermeras.
Las enfermeras empezaron a llevar gorros con bandas de color y capas para distinguirse y mostrar su rango a los demás. Los vestidos eran todavía largos y bien ceñidos a la cintura.
1910s
Muchos estilos se caracterizaban por llevar un largo vestido hasta los pies con cuellos de pico. Un babero blanco cubría el torso de la enfermera hasta la cintura, donde los pliegues bajaban formando un delantal gigante.
La primera guerra mundial trajo consigo grandes cambios en los uniformes debido a que las enfermeras tenían que ser rápidas y capaces de proporcionar el cuidado adecuado a los soldados, por lo que se añadieron bolsillos y las mangas ahora se podían recoger para facilitar el movimiento.
1920s
Después de la guerra, ninguna enfermera quería ponerse de nuevo los antiguos vestidos voluminosos y los gigantescos delantales de la década anterior.
Un simple vestido blanco que caía hasta los tobillos reemplazó el pesado traje del pasado y se convirtió en la nueva base del uniforme de enferma que conocemos hoy.
1930s
El vestido blanco con cuello y la cofia fue lo normal para las enfermeras durante esta década.
1940s
Los delantales se volvieron mucho más sencillos durante la mitad de los años 40. Muchos consistían en el tejido justo para proteger el frente del vestido.
De este modo, lavar un delantal contaminado era una tarea mucho más sencilla que tener que reemplazar un vestido entero. Las enfermeras tenían que tener mucho cuidado de no propagar las enfermedades a través de su ropa.
1950s
En los años 50, los gorros muchas veces eran piezas de papel dobladas que reemplazaron las elaboradas cofias que llevaban las enfermeras durante la primera guerra mundial.
Las faldas y mangas se hicieron más cortas, para actualizarse al estilo de la época.
1960s
En los años 60, la mayoría de personas hacían la colada con una lavadora y secadora, lo que significaba que era mucho más sencillo poder lavar los uniformes.
Los vestidos se volvieron más simples, facilitando el lavado y planchado.
1970s
En los 70, la cofia de enfermera desapareció durante el uso diario del trabajo.
Los uniformes de enfermera empezaron a parecerse a la ropa normal, con algunas enfermeras sustituyendo los trajes habituales por unos juegos de pantalones blancos.
1980s
Las camisas de cuello abierto y los pantalones se hicieron muy populares en la década de los 80 según se fueron incorporando hombres como enfermeros.
Finalmente, las enfermeras pudieron dejar de llevar tacones, y empezaron a ponerse calzado cómodo.
1990s
Las enfermeras que asistían a los médicos durante las operaciones sustituyeron los uniformes blancos por ropas quirúrgicas, que eran más sencillas de limpiar y esterilizar.
Pronto, estos trajes baratos y tan prácticos se fueron extendiendo por todas las enfermeras en otros departamentos de los hospitales.
Hoy en día
Desde los 90, el uniforme tradicional de enfermera se ha ido sustituyendo por los los nuevos trajes de tela en la mayoría de los hospitales de Estados Unidos y Europa.
Los puedes encontrar en diferentes estilos, colores, formas, telas...
Hoy en día, el broche con el nombre es prácticamente la única manera de diferenciar una enfermera, un médico o un asistente de enfermería, a no ser que el propio hospital distinga los rangos mediante los colores del uniforme.
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Fuente: Littlethings