Decenas de miles de refugiados del Medio Oriente, de países como Siria, Irak, Marruecos o Libia han encontrado un sorprendente refugio en los Países Bajos.
El índice de criminalidad ha disminuido notablemente durante la última década y, 19 de casi 60 prisiones del país han cerrado durante los últimos tres años. Otras han acogido a internos de países como Bélgica o Noruega.
Ahora, la agencia gubernamental holandesa responsable de asegurar vivienda para los solicitantes de asilo, ha abierto a los refugiados algunas de esas prisiones en 12 localidades de todo el país.
El espacio abierto y la variedad de instalaciones hacen que las prisiones sean un lugar extraordinariamente cualificado para servir como hogar temporal.
Así es la vida en su interior.

Muhammed Muheisen/AP Images
En 2015, unos 60.000 refugiados llegaron a los Países Bajos. Aunque la mayoría de ellos fueron alojados en refugios tradicionales, el gobierno holandés acondicionó su sistema carcelario para poder alojar a muchos de ellos.

Muhammed Muheisen/AP Images
En Haarlem, podemos ver todo el perímetro de celdas con un gran patio central. Las celdas son pequeñas, pero pueden acomodar a familias de 3 o 4 miembros en literas.

Muhammed Muheisen/AP Images
Las mujeres refugiadas tienen la posibilidad de quedarse en el ala femenina de la prisión.
Muhammed Muheisen/AP Images
Muchos de los que se alojan en ellas dicen estar satisfechos con las condiciones, aunque también comentan que la comida podría ser mejor.

Muhammed Muheisen/AP Images
La mayoría de los encuestados aseguran que ven las puertas de la prisión como un símbolo de seguridad, más que como una forma de opresión.

Muhammed Muheisen/AP Images
"No siento que esto sea una prisión," dice un chico sirio de 16 años. "Qué importa si aquí estamos a salvo."

Muhammed Muheisen/AP Images
Día a día, una sensación de normalidad se va apoderando de la prisión. Los refugiados pueden montar en bici, ver la tele, practicar deporte o escuchar música.

Muhammed Muheisen/AP Images
También tienen sensación de rutina con los trabajos domésticos. Koepel es una de las muchas prisiones holandesas que ha abierto su lavandería para ofrecer servicio a los refugiados.

Muhammed Muheisen/AP Images
Por supuesto, los refugiados no están limitados a vivir dentro de la prisión. Koepel permite a sus residentes salir a la calle cuando quieran.

Muhammed Muheisen/AP Images
Para algunos, esta prisión es el primer paso hacia una vida libre.