Padres lloran de emoción al ver que su bebé prematuro se "gradúa" en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales

El pasado año, Arkell Graves y Dana Griffin-Graves se ganaron el corazón de personas de todo el mundo cuando la futura mamá le decía a su marido de que estaba a punto de ser papá. Dana lo grabó aquel momento inolvidable y la reacción de su marido se hizo viral en todo el mundo.

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Dana mantuvo la noticia en secreto durante 5 largos meses, más de los tradicionales 3 meses que se suelen esperar porque quería estar completamente segura de la noticia.

La pareja había pasado momentos muy difíciles en el pasado, ya habían tenido que soportar el dolor de superar cuatro abortos involuntarios y la muerte de un feto. Tras pasar más de 17 años tratando de tener un hijo habían llegado a la conclusión de que quizás formar familia simplemente no estuviese hecho para ellos.

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Con el tiempo adoptaron a un pequeño llamado Keelyn. Entonces Dana se dio cuenta de que, contra todo pronóstico, la familia podría aumentar de un momento a otro.

Cuando Dana finalmente reveló la feliz noticia de su embarazo a su marido Arkell, un nuevo capítulo se abrió en sus vidas, sin embargo, la pareja tenía aún muchos desafíos que superar.

Cuando Dana y Arkell Graves descubrieron que un nuevo bebé llegaría a sus vidas pensaron que todos los esfuerzos habían merecido la pena. Después de cuatro abortos involuntarios, la pérdida de un feto y más de 17 años intentando tener un bebé, la pareja recibió la noticia del embarazo como la consecución de un verdadero milagro.

Gracias a Dana pudimos ver la increíble reacción de emoción que tuvo su marido al recibir la noticia de su futura paternidad, el entrañable vídeo no tardó en hacerse viral.

Sin embargo, el bebé no seguiría el embarazo con normalidad, en el momento en el que Dana anunció su llegada el bebé inició su camino a nuestro mundo.

Apenas unas semanas después de la noticia, Dana se puso de parto y trajo al mundo al pequeño Kaleb Arkell Graves un 20 de octubre de 2015.

Kaleb Graves recibió el amor de sus padres y su hermano desde el momento en el que su madre se dio cuenta de que un verdadero milagro estaba ocurriendo en su vientre, por desgracia, pasaría mucho tiempo antes de que el pequeño Kaleb pudiese unirse al resto de su familia.

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Kaleb nació pesando algo menos de 450 gramos. Nacido de forma prematura tuvo que luchar por su vida desde el momento en que vio la luz del día. Aunque Kaleb peleó con todas sus fuerzas, pasaría mucho tiempo hasta que el pequeño pudiese completar su recuperación y poder disfrutar de la compañía de sus padres.

Casi un año después de su nacimiento, la pareja celebró con alegría la "graduación" de Kaleb en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales o UCIN.

Después de todo, es un logro que no todos los bebés prematuros tienen la oportunidad de celebrar. Para la familia Graves era importante celebrar que su pequeño fue lo suficientemente fuerte como para crecer y poder abandonar el hospital.

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Seis meses después de su nacimiento, cuando cualquier previsión aseguraría que el bebé habría abandonado el hospital, a Kaleb se le diagnostica una enfermedad crónica bastante común entre aquellos bebés prematuros que no tienen tiempo suficiente para desarrollar los pulmones por completo en el vientre materno.

Por aquel entonces, también se tuvo que someter a una operación para reparar un agujero en su corazón. Afortunadamente, tras salir victorioso de aquellos obstáculos, la familia se mostraba optimista por la futura llegada del bebé al hogar.

Durante la pasada primavera, Kaleb volvió a sufrir algunos contratiempos que le impidieron reunirse con su familia. En aquel tiempo necesitó realizarse una traqueotomía para ayudarle a respirar y necesitó una sonda de gastrostomía para ayudarle a comer y obtener los nutrientes que necesitaba.

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Seis meses más fueron necesarios para que el pequeño Kaleb pudiese abandonar el hospital y que todo lo vivido hasta entonces se convirtiese en tan solo un mal recuerdo.

Después de una espera casi eterna, los padres celebraron la vuelta a casa de su hijo con una gran fiesta. Todos los médicos y enfermeras que cuidaron de Kaleb durante su primer año de vida se reunieron para despedir al pequeño, que llegó al mundo pesando menos de 450 gramos y se marchaba del hospital pesando más de 4,5 kilos.

No cabe duda de que muy pronto el pequeño Kaleb andará correteando por todos lados demostrando que sus pulmones se van haciendo más fuertes cada día.

El 11 de octubre de 2016 Kaleb pisó por primera vez la que sería su casa durante muchos años. Los padres casi no podían creerse que finalmente el sueño de tener a un nuevo miembro de familia en su casa se hacía realidad.