Una profesora de quinto grado de la escuela primaria Cunningham de Austin, Texas, ha recibido el premio Donald H. Graves de 2015 a la Excelencia en la Enseñanza de la Escritura.
Se llama Emily E. Smith y ha creado un aula para que los niños exploren la literatura llamada The Hive Society. Entre todas las tareas, los pequeños leen revistas y analizan infografías.
En el discurso de la entrega del premio, Smith contó cómo se dio cuenta que tenía que cambiar la forma de enfocar la enseñanza respecto a los estudiantes negros. Un alumno negro le dijo que no podía entender sus problemas porque ella era blanca. Su sueño siempre había sido trabajar en un colegio de un área urbana.
Al principio, su trabajo se identificaba con cambiar vidas en riesgo a través de la literatura. Enseñaba a los niños a escribir por primera vez y conseguían llenar libros con notas adhesivas. Pero existía un fallo. Era blanca. De hecho el 80% de los profesores de Estados Unidos son blancos mientras que los alumnos son bastante variados.
Thanks for having me…It was a wonderful day with brilliant scholars! (And it was pretty cool to see my kids all grown up) pic.twitter.com/Lzjxm3dUjR
— Emily Smith-Buster (@EmilyE_Smith) February 17, 2017
Esto impide que los alumnos negros se sientan identificados con el profesor y además estudian aspectos sobre personas blancas con las que tampoco se identifican.
Cuando escuchó lo que le dijo aquel niño, todo cambió. Smith se sintió mal y lloró en casa después de esa conversación ya que se dio cuenta de que los niños conocían los privilegios de ser blanco antes que ella.
Desde entonces su filosofía de trabajo cambió. Hacían las mismas cosas innovadoras y atractivas pero ahora los vídeos, los documentos, las imágenes y los debates trataban sobre temas que los niños querían explorar.
First hot run of the year! #runningclub #thatstacky pic.twitter.com/lGcxgU1Ddw
— Emily Smith-Buster (@EmilyE_Smith) April 27, 2016
Estudiaban la lengua española y la cultura latina entrelazadas y los niños tenían un brillo en los ojos que no habían visto nunca antes. También dedicó más tiempo a discutir temas contra los que luchaban sus alumnos, como la xenofobia y el racismo.
Comenzaron a analizar la visión de América que quisieron crear los grandes escritores negros, leyeron extractos de autores negros contemporáneos y estudiaron la crisis siria. Muchos estudiantes escribieron sobre este tema y sobre la experiencias de sus familias.
When you lead Friday assemblies, you have a kindergarten fan club who gifts you with portraits of yourself. ? pic.twitter.com/ErqtvbbnIm
— Emily Smith-Buster (@EmilyE_Smith) April 29, 2016
Actualmente, Smith no se considera una profesora de lenguaje y estudios sociales sino una maestra de justicia social y del arte de la comunicación. Sabe que no puede cambiar ni el color de su piel ni su procedencia pero puede cambiar su forma de enseñanza. «Los maestros somos responsable de inculcar empatía y comprensión en los corazones de todos los niños. Somos responsables del futuro de este país,» cuenta Smith.