En 2013, UNICEF publicó un "boletín de calificaciones" que evalúa el bienestar de los niños en los 29 países más ricos del mundo. Se llegó a la conclusión de que los niños holandeses son los más felices de todos, basados en cinco categorías: materia de bienestar, seguridad y salud, educación, hábitos y riesgos, vivienda y medio ambiente.
Los Países Bajos obtuvieron la mayor puntuación tanto en hábitos y riesgos, como en educación y, sus excelentes resultados en el resto de categorías les hizo proclamarse ganadores, seguidos de otros 4 países escandinavos. Incluso los niños holandeses aseguraron su propia felicidad, el 95% informó de su alto nivel de satisfacción con su vida. España se posicionó en el puesto 19.
[the_ad_placement id="social-sharing"]
Wikimedia
No hay nada mejor que que los niños se sientan felices de su propia existencia. Eso es lo que se debería conseguir en todos los países. La infancia es un tiempo para crear recuerdos, empujar los límites y divertirse.
Los niños pueden ser muy parecidos en todo el mundo, pero sus padres no lo son. La forma en la que se educa a un niño tiene mucho que ver con la forma en la que un niño termina siendo, sobre todo cuando se trata de felicidad. Así que quizás el resto de países deberían aprender de los padres holandeses. Después de todo la felicidad es lo que todos los padres quieren para sus hijos, ¿o no es así?
¿Cuál es la diferencia?
Los padres holandeses no estresan a sus hijos con el colegio
Flickr
Hay poca presión a la hora de cumplir los objetivos escolares, y la educación ni siquiera es estructurada hasta los 6 años, cuando el niño lleva en el colegio ya 3 años. Si a un niño le cuesta aprender a leer, no se preocupan, ya se pondrá al día con el tiempo. El medio en el que se mueven es más agradable en general, ya que existe la competencia entre ellos. El estudio de Unicef concluye:
"Los niños holandeses están entre los menos propensos a sentirse presionados por el trabajo escolar, por lo que la relación entre compañeros de clase es más amable y servicial."
Los padres holandeses son felices, por lo que sus hijos también lo son
Wikimedia
Los padres holandeses no tratan de ser perfectos. Aceptan el hecho de que van a cometer muchos errores durante la educación de sus hijos. Culturalmente, hay muchos más padres que toman un papel activo en la educación de sus hijos, por lo que disminuye la presión sobre las madres.
"La trabajadoras holandesas trabajan una media de 29 horas a la semana, por lo que al menos dedican un día a la semana a pasar tiempo con sus hijos. No encontrarás una madre holandesa expresando la culpa que siente por no pasar tiempo con sus hijos, puede compaginar perfectamente su vida, la maternidad y su profesión."
Otro punto importante es que les dicen a sus hijos qué hacer, no les preguntan. "La idea no es darle al niño una selección de opciones, sino darle instrucciones clara." Este enfoque elimina muchas de las batallas diarias que se producen en muchos hogares. Esto no quiere decir que las opiniones de los niños holandeses no sean escuchadas y respetadas, pero tienen claro quién manda.
Independencia
Wikimedia
A los niños holandeses se les da mucha independencia desde una edad temprana. Se les anima ir a sitios por su cuenta, por lo general montando en sus bicicletas. "Las actividades deportivas son rara vez canceladas debido al mal tiempo", lo que significa que los niños aprenden a adaptarse. Juegan en la calle sin supervisión, ya que los padres creen que esto desarrolla importantes habilidades de independencia. Y, por supuesto, los juegos al aire libre son entendidos como el antídoto de la educación.
Parece que los holandeses realmente han conseguido el equilibrio perfecto. Quizás todos deberíamos aprender de ellos para hacer que nuestros hijos son más felices.
¿Qué te parecen las medidas que siguen los padres holandeses?
