¿Por qué los humanos evolucionaron hacia penes grandes pero testículos pequeños?

¿Por qué los humanos evolucionaron hacia penes grandes pero testículos pequeños?

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Es normal que no te hayas parado a pensarlo pero, curiosamente, los humanos tienen un pene mucho más largo y ancho que el resto de los simios de gran tamaño, incluso más grande que el de los gorilas, los cuales incluso doblando en peso a cualquier humano, tienen un pene de solo 7 centímetros cuando está erecto.

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Sin embargo, nuestros testículos son bastante pequeños en comparación al resto de estos animales. Los testículos de un chimpancé por ejemplo pesan más de un tercio de su cerebro mientras que el nuestro pesa menos del 3%.

¿A qué se debe esta diferencia?

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Testículo de un chimpancé en comparación a su cerebro. Martin Muller.

Los primates desarrollan todo tipo de comportamiento de apareamiento como pueden ser la monogamia, la poliginia o la poliginandria. Un indicador que nos puede ayudar a saber qué comportamiento sexual ocurre en cada especie es la diferencia de tamaño que existe entre machos y hembras.

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Cuanto mayor sea el dimorfismo sexual, más probable es que el apareamiento sea poligínico o poliándrico. Esto se puede demostrar observando chimpancés y gorilas, nuestros parientes vivos más cercanos.

Generalmente, los chimpancés machos son mucho más grandes que las hembras y tienen un comportamiento poliándrico, es decir, cualquier macho copula con cualquier hembra y a cualquier hora, por lo que es muy probable que una misma hembra contenga espermatozoides de diferentes parejas que entran en competencia directa entre sí.

Es por esta razón por la cual los chimpancés han desarrollado unos testículos enormes capaces de producir grandes cantidades de esperma, varias veces al día.

Los gorilas en cambio tienen un sistema de apareamiento poligínico o de harén, en el que un solo macho se aparea con muchas hembras. Con poca o ninguna competencia real dentro del útero de las hembras, los gorilas no han tenido la necesidad de desarrollar unos testículos que aseguren la continuidad de sus genes.

Algo similar ocurre con los seres humanos, los cuales tienen unos testículos de un tamaño relativamente pequeño capaces de producir una cantidad de esperma reducida. De hecho, el recuento de espermatozoides en humanos se reduce en más del 80% si estos eyaculan más de dos veces al día.

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Dysartian/Flickr
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Sin embargo, aunque el pene humano es grande en comparación a los de nuestros parientes más cercanos (chimpancés, gorilas y orangutanes), el primatólogo Alan Dixson en su libro maravillosamente detallado, "Primate Sexuality", sugiere que si contemplamos a todos los primates, incluyendo a los monos, esto es sólo una ilusión.

Algunas mediciones comparativas muestran que el pene humano no es excepcionalmente largo. El babuino de Hamadryas por ejemplo tiene un pene erecto de casi 14 centímetros de largo, un poco más corto que el de un varón humano promedio, sin embargo, estos babuinos pero pesan sólo un tercio de nuestro peso.

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Alan F. Dixson, Primate Sexuality

De hecho, el pene humano es extremadamente aburrido, no tiene rugosidades, crestas, torceduras o cualquier otra característica que poseen otros primates. No somos los únicos, esta falta de complejidad del pene es bastante común entre especies monógamas.

El misterio de la monogamia

Esta observación asombra con el hecho de que los hombres son generalmente más grandes que las mujeres. Esto sugiere que nuestro fondo evolutivo implicó un grado significativo de apareamiento poligínico en lugar del monogámico.

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Wikimedia
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A primera vista parece sensato pensar que los machos se deban reproducir con tantas hembras como sea posible. De hecho, la monogamia humana ha confundido a los antropólogos desde hace mucho tiempo.

Respecto a este tema se han presentado tres teorías principales. La primera es la necesidad de procurar un cuidado y una enseñanza paternal a largo plazo ya que nuestros hijos tardan mucho tiempo en madurar. En segundo lugar, está el hecho de que los machos necesitan proteger a su hembra de otros machos. Y por último, nuestros niños son vulnerables durante mucho tiempo, por lo que el infanticidio por parte de otros machos podría ser algo extremadamente fácil.

Quizás sea por estas razones por las que para asegurarse de que los niños sean capaces de alcanzar la madurez, los machos adultos se quedan a su lado para protegerlos, tanto social y físicamente. Esto también puede que explique por qué los machos han mantenido un tamaño mayor relativo a las hembras a pesar de practicar la monogamia.

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Fuente: Iflscience Imagen de portada: María Pérez para Rolloid
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