El Feng Shui es un arte ancestral de origen chino que trata de equilibrar y armonizar los espacios. Su objetivo principal es atrapar todas las energías positivas y ayudarte a deshacerte de las negativas. Consiste en transformar los espacios a fin de que te sientas a gusto, pero siempre respetando tu personalidad. Por lo tanto, si quieres renovar la energía de tu casa, hoy te vamos a enseñar cómo poner en práctica esta estupenda técnica.
Feng Shui, el método chino para organizar tu casa que mejorará tu vida
El Feng Shui trabaja en la canalización de energías a través de las luces, los colores y la posición de los muebles y los accesorios más utilizados en la casa. Entre sus principios básicos se encuentran:
Limpieza y orden. El objetivo es que todos los muebles y accesorios del hogar se distribuyan de forma que la energía pueda fluir libremente y no se atasque o se estanque.
Evitar las corrientes. Las corrientes hacen que la energía fluya demasiado rápido y no llegue a ocupar un espacio, por lo tanto no influye positivamente en nosotros.
No colocar muebles en los pasillos. Los muebles en los pasillos entorpecen el flujo de la energía.
Una sola puerta. Debes procurar que la casa tenga una única puerta de entrada y que esta esté completamente libre de obstáculos.
Incluir plantas. Las plantas aumentan la energía del hogar, así como los cristales de roca o las campanillas de viento.
Mucha luz. Lo mejor es la luz natural, pero si en tu casa prima la artificial, lo ideal es que se proyecten hacia arriba, nunca hacia abajo ni hacia los laterales.
Dormir con la cabeza orientada hacia el norte.
Evitar los aparatos electrónicos. Estos pueden interferir en el sueño y hacer que descanses mucho peor.
Los elementos básicos del Feng Shui
Además de estos principios, el Feng Shui tiene presente 5 elementos que deben integrarse adecuadamente en el hogar. Al ser un arte milenario que se basa en la naturaleza, los 5 elementos serán:
Agua: el agua aporta relajación, inspiración, espiritualidad, sabiduría, emoción, capacidad de fluir, etc. Debes ubicar este elemento en la zona sur de la casa a través de colores como los azules, los negros o el gris carbón.
Tierra: es un elemento que potencia la fuerza física, el orden, la estabilidad, el sentido práctico y la sensualidad. Debes colocar accesorios u objetos cerámicos o de arcilla donde prefieras, siempre que no influya en el flujo de la energía.
Fuego: el fuego activa cualidades como el liderazgo y las relaciones sanas. Conseguirás que este elemento esté presente a través de colores naranjas, morados, rojos, rosados y amarillos. El fuego representa energía y pasión.
Metal: el metal genera reflexión y tranquilidad y, además, contribuye al éxito en el terreno de los negocios y las finanzas. Así mismo, afianza las relaciones paternofiliales y estimula la creatividad. Debes colocar accesorios de plata, aluminio, hierro, oro, latín, cobre o acero a lo largo de tu casa.
Madera: la madera favorece a la creatividad, la intuición y la flexibilidad, por ello debe predominar en el hogar a través de muebles, accesorios, paneles... Eso sí, no te excedas, ya que podrías bloquear la capacidad de desarrollar nuevas ideas, disminuir tu empatía o reducir tu capacidad de tomar decisiones.
La cocina
La cocina es la zona de la casa donde más elementos de la naturaleza se recogen: el agua, el fuego, el metal... Sin embargo, muchas veces no sabemos cómo integrarlos de la manera adecuada. Si unos se confrontan con los otros, las energías negativas pueden invadirnos.
Antes de nada debes saber que, según el Feng Shui, la cocina no debe estar cerca del baño. Tampoco se deben colocar los fogones o la vitrocerámica debajo o delante de una ventana. Por último, la zona de limpiar y la de cocinar no deben estar confrontadas, de esta manera, la energía fluirá mejor.
En cuanto a los colores, el Feng Shui aconseja que apostemos por los ocres o los amarillos pálidos, los verdes y los colores naturales. Además de favorecer a la limpieza, son agradables a la vista. Debes evitar abusar de los rojos o los azules y, si los utilizas, es mejor que lo hagas con mucha moderación.
El baño
El baño, en cambio, es la zona más problemática de la casa. En concreto es donde se produce la mayor fuga de energía, esto se debe a la gran cantidad de agua que transcurre a través de él. Para tratar de evitar esto, debemos liberar el ambiente de toda la humedad que exista y llenarlo de luz y calidez.
Según este método, el baño debería estar fuera de la casa, sin embargo, en la mayoría de los casos esto es inviable. Lo que sí que debemos de tratar es que no esté frente a la puerta de entrada ni al lado de la cocina, ya que no se canalizarán bien las energías.
Dentro del baño, los elementos que lo conforman (bañera, lavabo, ducha, muebles...) no deben estar debajo de la ventana, y la ventana, a su vez, no puede estar justo delante de la puerta.
Asegúrate de tener esta estancia siempre muy bien ordenada y no coloques más de dos espejos. También debes tener en cuenta que todos los elementos que mejoren el orden de esta habitación, como el portarollos o la jabonera, serán bienvenidos.
El dormitorio
El dormitorio es la estancia más importante del hogar. Es la cuna del descanso, por lo que en él debe reinar la calma y la tranquilidad. Como hemos comentado antes, uno de los principios básicos es que al dormir la cabeza esté orientada hacia el norte.
Evita que la cama se sitúe justo delante de la puerta o debajo de una ventana. Lo ideal es que también la sitúes orientada al norte junto a una pared desde la que se pueda ver la puerta sin estar delante de ella.
No debes colocar plantas, flores o espejos en el dormitorio y, en cuanto a los colores, debes optar por tonos suaves como el melocotón, el beige o el marrón clarito. De esta manera te sentirás más relajado al entrar.
El comedor
En esta estancia, todos los elementos deben estar estratégicamente colocados para conseguir el equilibrio y la armonía. Por norma general, es la zona de la casa donde más tiempo pasamos, donde comemos y donde mejor energía debe fluir. Por lo tanto, no deberíamos colocar demasiados muebles u objetos que distraigan.
- La mesa: debe ser de una pieza entera, firme y fuerte. Lo ideal es que sea de un color claro, pero uniforme, por lo tanto, evita el mármol, el cristal o los tonos oscuros. Opta por una mesa redonda u ovalada, ya que estimulan la comunicación y la interactividad de los comensales, las rectangulares se relacionan más con el trabajo.
- Ubicación: el comedor debe estar en la parte delantera de la casa y cerca de la cocina, ya que es donde más energía debe fluir y donde comemos.
- Luz: la iluminación de esta estancia debe ser natural y cálida.
- Material: lo ideal es que el material utilizado para las mesas y las sillas sea el metal, ya que es un elemento natural que contrarresta los posibles problemas de salud relacionados con la alimentación
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