Desde que su hija Sophia nació, Pam y su familia están más que acostumbrados a las miradas indiscretas de los extraños. A pesar de estar acostumbrada a ello, a Pam le sigue doliendo como el primer día.
Sophia nació con Síndrome de Down y por desgracia mucha gente no se molesta en ocultar su intriga y hacen preguntas muy groseras. Su madre dice que incluso le han llegado a preguntar si su hija es adoptada.
Comprensiblemente, cuando se enteró de la discapacidad de su hija, Pam se hundió. Pero enseguida comprendió que el amor de una madre va más allá de cualquier enfermedad y vio lo preciosa que era su hija. Lo único que desea es que los demás puedan ver en ella eso que ella ve.
Por eso no se esperaba lo que le pasó un día con su hija en la cafetería de Tim Hortons. Como de costumbre, muchas personas se les quedaban mirando fijamente, pero una pareja se les acercó y lo que el hombre le dijo le emocionó tanto que no pudo evitar publicarlo en las redes sociales.
"Me senté en la cafetería con mi hija como hago habitualmente. Dos mujeres que estaban sentadas cerca nuestra empezaron a mirarnos y a cuchichear. Esto por desgracia es habitual para nosotras porque mi hija Sophia nació con Síndrome de Down. Veía como esas dos señoras estiraban la cabeza para intentar verla mejor, sin darse cuenta de que yo las estaba mirando desde justo detrás. Me molestaba, realmente me estaba molestando."
"Justo entonces, una pareja se acercó a nosotras y yo pensé, ¡Genial! Lo que me faltaba, más gente que quiere ver a mi hija de cerca."
"El hombre saludó a Sophia con un ¡choca esos cinco! y un apretón de manos y mi hija le sonrió y le devolvió el saludo. Me miró con lágrimas en los ojos y me dijo, "Conozco una historia que me encantaría compartir contigo. Pero me da miedo no ser capaz de contártela entera sin emocionarme". Lo animé para que me la contara puesta que ya tenía curiosidad. Era lo último que podía pensar que me diría".
"Me contó que había visto las noticias la noche anterior. Una entrevista a una madre que había dado a luz recientemente a una hija con una grave discapacidad. Estaba allí defendiendo la decisión de haber tenido a su hija, orgullosa de haberle dicho que no a los médicos que la animaban a abortar. Me dijo, "Nunca sabes el impacto que una persona puede tener en la sociedad. Nunca sabrás lo que una persona es capaz de hacer si no le das una oportunidad". Me miro, se dio la vuelta y me dijo, "Eres una excelente persona. Tu hija es preciosa. ¡Enhorabuena!"
"Inmediatamente empecé a llorar. Estaba allí sentada en medio de la cafetería llorando. Ese hombre fue el primer desconocido que me felicitó por haber decidido tener a mi hija Sophia. Fue el el primer desconocido en reconocer su mérito. Su valor. Su belleza."
"En un mundo donde la vida de mi hija es motivo de chismorreo, dónde no paran de mirarla fijamente por su discapacidad, este hombre supo ver sus valores".
Juzgar a alguien por las apariencias aparente es no darle la oportunidad de demostrar lo grande que puede llegar a ser.
