La milagrosa historia de una mujer sin vagina que dio a luz a su bebé

La milagrosa historia de una mujer sin vagina que dio a luz a su bebé

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Malin Sternberg es una sueca de 37 años que vive en Gothenburg, y está enamorado de su novio Claes Nilsson. Sin embargo, hay un problema presente en la feliz pareja: ambos quieren empezar una familia, pero Malin tiene un defecto genético, llamado el síndrome de Rokitansky. Se caracteriza porque la persona con dicho síndrome nace sin vagina o útero. De pequeña la sometieron a una cirugía para implantarle una vagina artificial, pero desde un principio sabía que no podría dar a luz a sus propios hijos. A pesar de esto, su novio Claes no se dio por vencido y buscó la manera para tenerlos.

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EL novio de Malin se las apañó para que su novia pasase por un peligroso y nunca antes intentado proceso en un proyecto de investigación de la Universidad de Gothenburg. Sólo nueve mujeres fueron parte del proyecto, y Malin era una de ellas.

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Las mujeres compartían todas el mismo problema: no podían tener hijos debido a esta malformación. El objeto del estudio era implantar un útero ajeno en el cuerpo de la mujer. Los intentos realizados en el pasado en dicho proyecto fracasaron puesto que los órganos venían de donantes muertos, con previo acuerdo de la familia donante del transplante.

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Ewa Rosen, de 61 años, es una amiga de la familia, madre de 2 hijos y abuela de 4 nietos. Cuando supo de las intenciones de la pareja, no lo dudó y voluntariamente propuso donar su útero a Malin. Entonces un milagro médico ocurrió: después de 43 días de la operación, Malin, con entonces 35 años, tuvo su primer período. Y justo después de 1 año, la pareja por fin hizo su sueño realidad: ¡Malin estaba embarazada! Tras 11 intentos, por fin uno de ellos fue resultó exitoso.

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El bebé fue creciendo en el vientre de la madre con total normalidad y de acuerdo a los planes. Unas irregularidades comenzaron a aparecer en la semana 21, con lo cual  Malin tuvo que someterse a una cesárea. Nadie supo a ciencia cierta si era culpa del transplante o no, pero no le importó demasiado a la pareja, puesto que lo que tenían entre sus brazos era mucho más importante. El pequeño Vincent los hizo la pareja más feliz del mundo.

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Conforme fue pasando el tiempo, la pareja se dio cuenta de lo sano y fuerte que creció su hijo. Es muy observador y alegre, aunque aún no comprenda todo lo que han tenido que sufrir sus padres. El donante, Ewa, se ha convertido en una abuela para el pequeño y tiene una relación muy especial con Malin y su familia. El útero donado se sacó del cuerpo de Malin para que no tuviese que pasar por la fortísima terapia de hormonas.

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7 de cada 9 mujeres que participaron en el estudio aceptaron el útero transplantado. 4 de ellas pudieron tener sus bebés, siendo Vincent el primero de ellos. Sorprendentemente estos resultados han sido muy satisfactorios, más de lo que pensaban en un principio. Esto hace que la historia de Vincent de esperanzas a muchas de las mujeres que esperan tener un hijo algún día y no pueden por diversos motivos.

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Esta historia nos enseña que la esperanza es lo último que se pierde. Si te ha emocionado la historia de superación y esfuerzo de esta gran familia,

¡Te animamos a que compartas la noticia con todos los que conozcas!

Fuente: Hefty Imagen de portada: rel="nofollow noopener noreferrer">Facebook
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