La increíble historia del fantasma de Greenbrier que resolvió su propio asesinato

La increíble historia del fantasma de Greenbrier que resolvió su propio asesinato

  • Compártelo en redes
 banner
Enlace patrocinado

Una tarde de enero de 1897, un chico del vecindario del Condado de Greenbrier (Virginia), descubrió algo sorprendente, nada más y nada menos que el cadáver de Elva Zona Heaster. El marido de Elva, Erasmus (Edward) Shue había enviado a su hijo a ver si su mujer quería que recogiese algo del mercado antes de regresar del trabajo. Shue trabaja como herrero  y sólo llevaba casado con Heaster tres meses.

Enlace patrocinado

Después de descubrir el cuerpo sin vida de su madre, el niño corrió llenó de pánico hasta su padre para contarle lo que había encontrado. Su padre alertó inmediatamente al médico local, el Dr. Knapp. Cuando el doctor Knapp llegó y quiso examinar el cadáver, Shue ya había regresado a casa, había lavado el cuerpo y lo había preparado para el entierro poniéndole un vestido de cuello alto y un velo sobre la cabeza.

[the_ad_placement id="social-sharing"]

Sigue leyendo para conocer más sobre la historia.

{keyword}

Acurrucado sobre la cabeza de su difunta esposa, Shue respondía violentamente cada vez que el doctor pretendía examinar la zona de la cabeza y el cuello de la mujer. Después de examinar el resto de su cuerpo y no encontrar nada importante, el Dr. Knapp determinó que la causa de la muerte era "un desmayo", que más tarde cambió a "complicaciones de embarazo", (el Dr. Knapp había estado tratando Heaster durante unas semanas antes a causa de "problemas femeninos" tal y como él describió, por lo que asumió que la muerte estaba relacionada a esos problemas).

Enlace patrocinado

Poco después, el cuerpo de Heaster fue llevado a su hogar de la infancia de Little Sewell Mountain para su funeral. Durante la ceremonia, la gente notaba que Shue actuaba de forma extraña. Por alguna razón, estaba obsesionado con la cabeza y el cuello de Heaster, envolviéndola con una bufanda que no pegaba con su vestido (insistía en que era su bufanda favorita) y colocando almohadas de más alrededor de su cabeza (asegurando que quería que descansara cómodamente). La mayoría de los invitados supusieron que aquel comportamiento se debía al gran dolor que estaba pasando. Sin embargo, la madre de Elva, Mary Jane Heaster, tuvo otra opinión al respecto.

A Heaster nunca le había gustado Shue, y estaba convencida de que tenía algo que ver con el fallecimiento de su hija a pesar de la falta de pruebas. Rezó durante varias semanas esperando encontrar algún tipo de respuesta. Finalmente, un mes después del entierro de su hija, las oraciones de Heaster fueron contestadas. Afirmó que el fantasma de Elva había aparecido en sus sueños cuatro noches seguidas, diciéndole que Shue la había asesinado asfixiándola y rompiéndose el cuello. Según el fantasma, Shue se molestó cuando volvió a casa del trabajo y pensó que Elva no había hecho nada para la cena.

{keyword}Después del cuarto sueño, Heaster fue a hablar con el fiscal del lugar, John Alfred Preston. Le contó a Preston la historia de sus sueños y lo que el fantasma le había dicho. Al ver que Preston se mostraba escéptico ante aquella teoría, decidió probar con el Dr. Knapp.

Enlace patrocinado

Después de enterarse a través del médico que Shue se mostró muy violento durante el reconocimiento y que no permitió examinar la cabeza y el cuello de Evla, Preston decidió reabrir el caso. Una autopsia mostró que la primera y la segunda vértebra del cuello de Heaster estaban rotas, y que su tráquea estaba totalmente aplastada. También tenía las marcas de algunos dedos en el cuello que indicaban que había sido estrangulada.

Finalmente, el caso fue a juicio, con Mary Jane Heaster como testigo estrella de la fiscalía. El abogado de Shue preguntó a Heaster sobre sus sueños durante el interrogatorio, con la esperanza de demostrar que su testimonio no era válido, sin embargo, el plan fracasó y el jurado creyó la historia de Heaster.

El jurado deliberó durante algo más de una hora antes de sentenciar culpable a Shue, que fue condenado a cadena perpetua y finalmente murió en 1900 por sarampión y neumonía. Aunque el "testimonio fantasmal" de Heaster no fue la única prueba utilizada en el caso contra Shue, quien tenía antecedentes de violencia doméstica, incluyendo la misteriosa muerte de su anterior esposa, este acontecimiento marcó la primera y única vez que el testimonio de un fantasma fue utilizado durante un juicio.

¡Comparte esta siniestra historia con todos tus amigos!

Fuente: Dustyoldthing
Enlace patrocinado
  • Compártelo en redes