Una imagen vale más que mil palabras y eso ha ocurrido con esta historia.
La semana pasada, Ayanna Toye Barrows estaba en la playa Myrtle, en Carolina del Sur, Estados Unidos, un martes con su hija Cyrah de seis años cuando un pequeño niño, llamado Carson, también de seis años, se acercó a ellas. El pequeño le enseñó a la niña un diente de tiburón que llevaba colgado alrededor del cuello antes de decirle cuál era su nombre y preguntarle a ella el suyo.
https://www.facebook.com/ayannatoye.barrows/photos?source_ref=pb_friends_tl
La semana pasada, Ayanna Toye Barrows estaba en la playa Myrtle, en Carolina del Sur, Estados Unidos, un martes con su hija Cyrah de seis años cuando un pequeño niño, llamado Carson, también de seis años, se acercó a ellas. El pequeño le enseñó a la niña un diente de tiburón que llevaba colgado alrededor del cuello antes de decirle cuál era su nombre y preguntarle a ella el suyo.
'Se separaron mientras se despedían, andando en direcciones opuestas' Barrows, la madre escribió en su muro de Facebook sobre el encuentro. 'Unos minutos después de ese encuentro el pequeño volvió corriendo, parecía que lo hacía a cámara lenta, gritando el nombre de mi hija varias veces. Ella se giró y lo recibió con una gran sonrisa. Compartieron unas pocos palabras, básicamente sobre lo bonito que era el diente de tiburón de su cuello que según él, le daba superpoderes'
Barrows le preguntó al niño si podía hacer una fotos de los dos y la compartió ese mismo día en su Facebook. Desde entonces, el post ha sido compartido más de 200.000 veces.
'Es en momentos como este cuando los seres humanos entienden, como se acaba de ver en esta historia, que no existen líneas de color, ni prejuicios, ni la raza, no hay odio, ni segundos matices' añadió su madre en la publicación. 'Es solo pureza... dos niños reunidos paseando frente al atardecer en la playa sin importarles el resto del mundo... todo lo que verían era el uno al otro'
https://www.facebook.com/ayannatoye.barrows/photos?source_ref=pb_friends_tl
Y no le falta razón.
Las implicaciones que conlleva esta foto son realmente profundas y probablemente eso es lo que ha enamorado al mundo. La naturalidad del momento y la falta de prejuicios con la que los niños ven el mundo debería enseñar a los más adultos.
La reacción de la madre después de que su historia se haya convertido en viral no se ha hecho esperar.
'La respuesta ha sido tan positiva y edificante sobre el post que no puedo creerlo' declara Ayanna 'A raíz de los comentarios en Facebook y los mensajes privados he recibido cientos de historias similares por todo EEUU y otros países como Australia, Sudáfrica, Inglaterra y la prensa. La gente incluso ha compartido sus fotos personales conmigo, lo que ha sido la mejor parte'.
https://www.facebook.com/ayannatoye.barrows/photos?source_ref=pb_friends_tl
Los dos pequeños son poco conscientes de su impacto y su fama viral de acuerdo con Ayanna pero no se han olvidado el uno del otro. Ambas madres se han puesto en contacto utilizando Facebook y los dos tuvieron un cita para jugar a larga distancia mediante FaceTime.
