La extraña desaparición de Michael, el último los millonarios Rockefeller y los caníbales detrás de su muerte

La extraña desaparición de Michael, el último los millonarios Rockefeller y los caníbales detrás de su muerte

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A principios de la década de 1960, Michael Rockefeller desapareció frente a la costa de Papúa Nueva Guinea de una forma que conmocionó a toda una nación. Años más tarde, el verdadero destino del heredero de la fortuna de Standard Oil es aún más impactante de lo que nunca se pudo haber imaginado.

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Michael Rockefeller nació en 1938 siendo hijo de Nelson Rockefeller, el gobernador del estado de Nueva York. Era el último de una dinastía de millonarios fundada por su bisabuelo, y posiblemente el hombre más rico que jamás haya existido, John D. Rockefeller.

Aunque su padre esperaba que siguiera sus pasos y administrara los vastos activos comerciales de la familia, Michael poseía un espíritu más tranquilo y artístico, no tan enfocado en las finanzas. Cuando se graduó de Harvard en 1960, el pequeño de los Rockefeller quería hacer algo más emocionante que presidir salas de reuniones.

Su padre, un prolífico coleccionista de arte, había abierto recientemente un Museo de Arte Primitivo, y la exhibición de estas colecciones, incluidas obras artísticas nigerianas, aztecas precolombinas y mayas, cautivaron por completo la mente de Michael.

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De esta manera decidió buscar su propio "arte primitivo" y ocupó un cargo en la junta directiva del museo de su padre.

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"Su padre lo colocó en el consejo de su museo", dijo Heider, un estudiante graduado en antropología en Harvard que trabajó con Michael. "Dijo que quería hacer algo que no se había hecho antes. Quería traer una importante colección a Nueva York".

Michael era un viajero consumado, pues había vivido en Japón y Venezuela durante meses, pero ahora quería embarcarse en una expedición antropológica.

Después de hablar con representantes del Museo Nacional de Etnología de los Países Bajos, Michael decidió realizar un viaje a lo que entonces se conocía como la Nueva Guinea holandesa con el fin de recopilar el arte de la gente Asmat que residía allí.

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A pesar de que para 1960 las autoridades coloniales holandesas y los misioneros ya habían estado en esa zona durante casi una década, todavía quedaban muchos Asmat que nunca habían visto a un hombre blanco.

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HurayforZay / Wikipedia

Michael reunió un grupo de investigadores y documentalistas y decidió realizar un viaje de exploración a la región. Allí visitó Otsjanep, una de las principales comunidades Asmat de la isla.

Durante su estancia pudo comprobar que los Asmat eran personas que parecían violar muchas de las normas de la sociedad occidental.

En ese momento, la guerra entre aldeas era algo bastante común, por lo que era habitual ver a guerreros Asmat cortando las cabezas de sus enemigos y comiendo su carne. En ciertas regiones, los hombres Asmat participaban en reuniones con relaciones de tipo homosexual, y en extraños rituales de unidad, que a veces bebían la orina del otro.

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Los Asmat creían que la tierra más allá de su isla estaba habitada por espíritus, y cuando los blancos venían del otro lado del mar, los veían como una especie de seres sobrenaturales.

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Tras el éxito de esta primera misión de exploración, Michael ese encontraba más emocionado que nunca. Escribió sobre sus planes de futuro para realizar un estudio antropológico detallado de los Asmat y mostrar una colección de su arte en el museo de su padre.

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Con ese pensamiento en mente partió nuevamente hacia Nueva Guinea en 1961 junto con un equipo de antropólogos holandeses.

Cuando se aproximaban a Otsjanep por mar, viajando a lo largo de la costa de la isla el 19 de noviembre de 1961, su barco zozobró. A pesar de que estaban a 19 kilómetros de la costa, Rockefeller le dijo a uno de los antropólogos de su expedición "Creo que puedo hacerlo" y saltó a las aguas. Desde entonces, el menor de los Rockefeller nunca más sería visto.

Al tratarse del hijo de una familia rica y con mucho poder político, no se escatimaron gastos en la búsqueda del joven Rockefeller. Barcos, aviones y helicópteros recorrieron la región en busca de Michael o de alguna señal de su destino.

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Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos, no pudieron encontrar el cuerpo del joven. Después de nueve días, el ministro del Interior holandés declaró: "Ya no hay ninguna esperanza de encontrar vivo a Michael Rockefeller".

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La muerte de Michael Rockefeller causó un revuelo mediático increíble. Rápidamente los periódicos escribieron sobre rumores acerca de que los caníbales o los tiburones se lo habían comido. Otros rumores sostenían que había elegido vivir escondido de la dorada jaula de su riqueza en algún lugar de la jungla de Nueva Guinea.

Los holandeses negaron todos estos rumores, diciendo que no pudieron descubrir lo que le había sucedido.

Sin embargo, en 2014, Carl Hoffman, un reportero de National Geographic, reveló en su libro Savage Harvest: A Tale of Cannibals, Colonialism and Michael Rockefeller's Tragic Quest for Primitive Art que muchas de las investigaciones holandesas evidenciaban que los Asmat habían matado a Michael.

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Dos misioneros holandeses que habían vivido entre los Asmat durante años y hablaban su idioma dijeron a las autoridades locales que habían escuchado a algunos miembros de la tribu decir que ellos habían matado a Michael Rockefeller.

En 1962, los holandeses ya habían perdido la mitad del territorio de Nueva Guinea que lo habían reclamado al nuevo estado de Indonesia y temían que si se creía que no podían controlar a la población nativa, serían expulsados ​​por completo. Por esta razón, todos los informes fueron archivados y a los Rockefeller se les dijo que no había nada de cierto en los rumores.

Sin embargo, Hoffman decidió investigar estos rumores. Mientras se hacía pasar por un periodista que simplemente documentaba la cultura del pueblo Asmat pudo escuchar a través de su intérprete a un hombre que afirmaba no querer hablar sobre el turista estadounidense que había muerto allí.

Fingiendo ignorancia, Hoffman preguntó quién era el hombre, a lo que le contestó que se trataba de Michael Rockefeller. Más tarde se enteraría de que todos en la isla sabían que el pueblo Asmat de Otsjanep había matado a un hombre blanco, y que era un tema que no debía mencionarse por temor a posibles represalias.

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En 1957, solo tres años antes de que Rockefeller visitara por primera vez la isla, hubo un evento que marcaría para siempre a la gente de Otsjanep. Ese mismo año se produjo una masacre entre dos tribus Asmat.

Cuando el reciente gobierno colonial holandés intentó tomar el control de la situación, una serie de malentendidos culturales provocaron que los holandeses abrieran fuego sobre la gente de Otsjanep.

Durante su primer encuentro con las armas de fuego, el pueblo de Otsjanep presenció como cuatro de sus "jeus" (líderes de guerra) eran asesinados de forma instantánea ante sus ojos. Este fue el contexto en el que Michael Rockefeller realizó toda su andadura sobre  el pueblo Asmat.

Según el misionero holandés que escuchó la historia por primera vez, los miembros de la tribu en un principio pensaron que Michael era un cocodrilo antes de identificarlo como un hombre blanco.

Desafortunadamente para el joven, los hombres con los que se encontró eran jeus, y entre ellos se encontraban algunos hijos de los líderes asesinados por los holandeses.

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Aunque inicialmente vacilaron, principalmente por miedo, finalmente lo atravesaron con una lanza y lo mataron. Luego le cortaron la cabeza y se comieron su cerebro y cocinaron el resto de su carne. Los huesos de sus muslos fueron convertidos en dagas mientras que sus tibias se convirtieron en puntas para las lanzas utilizadas en la pesca.

Según su cultura, creían que estaban restableciendo el equilibrio del mundo. La tribu del hombre blanco había matado a cuatro jeus, y ahora ellos habían tomado la venganza que se les debía. Habían absorbido la energía y el poder que se les había quitado.

Sin embargo, rápidamente lamentaron su decisión. La búsqueda que siguió al asesinato de Michael fue aterradora para la gente de Asmat, la mayoría de los cuales nunca antes habían visto un avión o un helicóptero.

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Inmediatamente después de este suceso, la región también estuvo plagada de una horrible epidemia de cólera que muchos vieron como la venganza por el asesinato de Michael.

Aunque muchas personas de Asmat relataron esta historia a Hoffman, nadie relacionado con los hombres que lo mataron admitió realmente tal hecho, solo decían que era una historia que habían escuchado.

Entonces, un día, cuando Hoffman estaba en la aldea, poco antes de regresar a los Estados Unidos, vio a un hombre que parecía que fuese a matar a otro que estaba en el suelo. Al escuchar algunas palabras relacionadas con el asesinato, Hoffman rápidamente comenzó a filmarlo todo, pero ya era demasiado tarde.

Aún así, pudo captar algunas palabras que se convertirían en el epílogo de su historia:

"No le cuentes esta historia a ningún otro hombre ni a ningún otro pueblo, porque esta historia es solo para nosotros. No hables. No hables ni cuentes la historia. Espero que lo recuerdes. Si la gente te pregunta, no respondas. No hables con ellos, porque esta historia es solo para ti. Si se lo dices, morirás. Temo que morirás. Estarás muerto, tu gente estará muerta, si cuentas esta historia. Mantén esta historia en tu casa, para ti, para siempre. Siempre…."

¡Comparte la inquietante historia de la desaparición de Michael Rockefeller con todos tus amigos!

Fuente: Allthatisinteresting
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