Los investigadores han identificado un indicador de la enfermedad de Alzheimer que podría ayudar a diagnosticarla en una fase más temprana así como posibilitar métodos no invasivos de rastrear la progresión de la enfermedad en los pacientes.
Las pruebas de diagnóstico actuales se basan principalmente en la memoria. El problema de este método es que, para cuando se tienen signos significativos de deterioro de la memoria, la enfermedad se podría llevar 20 años desarrollándose.
Con este nuevo método científicos de la Universidad McGill en Quebec, han demostrado por primera vez que la pérdida del olfato podría ser un síntoma de la enfermedad aún estando en una etapa muy temprana.
Tal y como se explica en un estudio publicado en Neurology, los investigadores estudiaron a 300 personas que tenían antecedentes familiares diagnosticados con Alzheimer. Durante el ensayo, los participantes debieron identificar diferentes olores cotidianos como podían ser el de la gasolina o el chicle.
Cien de los voluntarios, los cuales tenían una edad media de 63 años, también se sometieron a pruebas periódicas en las que se les realizaba una punción lumbar con el fin de detectar proteínas relacionadas con la enfermedad de Alzheimer en el líquido cefalorraquídeo.
Los investigadores encontraron que aquellos que tenían más dificultades para identificar los olores en las pruebas de raspado e inhalación, mostraban también un mayor riesgo de sufrir Alzheimer según las pruebas biológicas.
"Esta es la primera vez que alguien ha podido demostrar claramente que la pérdida de la capacidad de identificar olores está relacionada con marcadores biológicos que indican el avance de la enfermedad", dijo Marie-Elyse Lafaille-Magnan, autora principal del estudio.
"Durante más de 30 años, los científicos han estado explorando la conexión entre la pérdida de memoria y la dificultad que pueden tener los pacientes para identificar diferentes olores. Esto tiene sentido porque se sabe que el bulbo olfatorio (relacionado con el sentido del olfato) y la corteza entorrinal (que se relaciona con la memoria y los olores) se encuentran entre las primeras estructuras cerebrales que se han visto afectadas por la enfermedad".
"Esta prueba basada en el olor podría usarse para rastrear la enfermedad antes de que aparezcan otros síntomas", dijeron los investigadores, "e incluso reducir los síntomas una vez que comienzan".
"Si podemos retrasar la aparición de los síntomas solo 5 años después de que comience la enfermedad, deberíamos poder reducir la prevalencia y la gravedad de estos síntomas en más del 50%", dijo el Dr. John Breitner, director del Centro de Estudios para la Prevención del Alzheimer.
Todavía es necesario realizar más pruebas para ver si el sentido del olfato de las personas con Alzheimer disminuye a medida que la enfermedad progresa. Sin embargo, los investigadores tienen la esperanza de que en un futuro próximo se pueda realizar una prueba olfativa en lugar de los procedimientos invasivos y costosos que se llevan actualmente a cabo.
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