Jennifer Pamplona, una mujer brasileña de 25 años, ha gastado casi 500.000 € en operaciones para parecerse a su ídolo Kim Kardashian. Para ello, se ha quitado cuatro costillas, se ha operado los pechos, se ha inyectado medio litro de grasa en el trasero, se ha realizado dos rinoplastias y se ha hecho una liposucción. Algunas intervenciones se han llevado a cabo en Turquía.
"Después de todas mis cirugías y procedimientos, estoy bastante contenta. A veces pienso que todo ese dinero gastado podría estar en mi cuenta bancaria, pero al mismo tiempo soy muy feliz," cuenta. "He gastado mucho dinero, pero me siento muy segura de mí misma y puedo ganar más dinero gracias a mi aspecto".
Para celebrar su última operación de cirugía estética, realizó una sesión de fotos inspiradas en algunas imágenes icónicas de Kim Kardashian. Cuenta que eligió este estilo de fotos porque es similar a las que se hace Kim y a ella le encanta. Cree que sale muy guapa.
"Obtengo mucha confianza cada vez que hago una sesión de fotos sin ropa. Me siento cómoda posando desnuda con pintura corporal y podría hacerlo durante mucho tiempo," confiesa.
La ex modelo de Versace fue rechazada por ocho cirujanos que consideraron sus operaciones demasiado arriesgadas.
"Quería aumentar más mi trasero cuando viajé a Turquía, pero mi médico se negó," cuenta. "Dijo que no lo haría en la actualidad pero quizá se pueda en un futuro. Mi médico cree que soy adicta y por eso me detuvo. Es muy responsable".
"Además, quería que mi cara se pareciese más a Kim, así que me hice una rinoplastia. Cuando desperté tenía la nariz más bonita que había visto. Parece muy natural," dijo. "Me rompió la nariz y la cortó para que fuese más pequeña. Después reconstruyó mi cara".
"Los médicos me han preguntado si tengo miedo a morir por las cirugías, pero, en mi opinión, si sucede moriré feliz y guapa," reconoce. "He gastado mucho dinero para convertirme en Jennifer Pamplona, pero no lo veo como un gasto sino como inversión. Seré más famosa que Kim Kardashian".
Sin embargo, Jennifer admite que se vio obligada a defender su estilo de vida ante extraños y seres queridos. Por ejemplo, su madre dejó de hablarle tras verle el culo.
"Soy buena persona. Apoyo a mi familia, apoyo organizaciones benéficas, no bebo ni consumo drogas, me esfuerzo por el mundo y trato de ser una mejor persona todos los días," finaliza.
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