La isla de Bali es una joya del archipiélago indonesio, un imán turístico conocido por sus playas idílicas y sus bosques exuberantes. Sin embargo, también es uno de los sitios donde más basura plástica se genera.
En los vertederos de Indonesia, las montañas de residuos alcanzan la altura de un edificio de 14 plantas. Cuando llueve, la basura es arrastrada por los ríos hasta acabar en el mar, lo que termina dañándonos a todos.
Las costas de Bali están cubiertas de bolsas y envases de plástico, de hecho Indonesia es el segundo país que más basura vierte al océano, justo por detrás de China.
Por ello, Kevin Kumala, surfista y biólogo oriundo de Bali, al verse tan afectado por esta crisis de contaminación, decidió fabricar bolsas biodegradables que desaparecían a los 100 días y no afectaban ni a los animales marinos ni al medio ambiente.
Kevin indica en la web de su empresa, Avani Eco, que la diseñó junto a su socio Daniel Rosenqvist; durante 2015, Bali generaba mil metros de plástico diarios, una cifra que se ha incrementado en los últimos años a causa del turismo que visita la isla, de los cuales se reciclaron solamente el 5%.
Las bolsas están hechas de yuca, una raíz muy abundante en Indonesia, que es muy rica en almidón, aceite vegetal y resinas orgánicas. Para demostrar que eran completamente inofensivas, su creador decidió comerse una de ellas disolviéndola en agua caliente.
“Quería demostrar que este bioplástico era tan inofensivo para los animales marinos que hasta los humanos podían beberlo. No estaba nervioso porque había pasado tests de toxicidad”, dijo para la CNN.
Hoy en día, Avani Eco produce cuatro toneladas de material biodegradable al día, que se utilizan para fabricar productos como bolsas de plástico, envases de alimentos y ropa de cama para hospitales.
Vistos sus beneficios, la empresa ha ganado el premio a negocio más valioso de Indonesia y, a finales de 2016, consiguió la inversión de un grupo de empresas privadas.
"Queremos hacer esto a una escala mucho mayor, pero depende del apoyo económico que obtengamos. Las instituciones están empezando a educar en las tres R: reducir, reciclar y reutilizar. Pero crear conciencia puede tardar demasiado tiempo. Por esta razón hemos creado Avani, para poder tener un impacto rápido y efectivo", dice Kumala.
De momento, ya han conseguido reemplazar con sus productos 80 toneladas de plástico, lo que equivale a 400 metros cúbicos.
Estas bolsas de yuca cuestan alrededor del doble que las bolsas de plástico convencionales. Sin embargo tienen otros productos que son bastante competitivos con respecto al precio de sus equivalentes no degradables.
"El gobierno nos está apoyando y estamos trabajando juntos para que en 2018 la isla esté libre de bolsas de plástico, lo mismo que se intentará aplicar a toda Indonesia en 2021", dice Kumala. "En una isla como Bali es inevitable que tengan que actuar de inmediato".
Este proyecto es realmente ambicioso, pero puede marcar un antes y un después en la lucha contra la contaminación medio ambiental. Más países deberían unirse a ellos y comenzar a buscar alternativas biodegradables a los productos plásticos que utilizamos hoy en día.