Si eres una de esas muchas personas que utilizan este tipo de esponjas de baño, deberías de replantearte tirarla a la basura.
Las capas de las esponjas vegetales sintéticas son el perfecto hogar para todo tipo de bacterias, lo que puede hacer que tu piel se vuelva propensa al acné e incluso que se infecten los cortes o heridas que tengas.
Aunque funcionan muy bien para bañarnos, hay dermatólogos que recomiendan no utilizarla por estos motivos:
El dermatólogo J. Matthew Knight, afirma que estas esponjas producen más daños que beneficios para nuestra piel.
Cuando las utilizamos, las células muertas de la piel se desprenden y se quedan atrapadas entre las capas de estas esponjas y, al estar húmedas, se convierten en el hábitat perfecto para el moho y las bacterias. Todo esto en cuestión de horas.
Si éste es tu caso y necesitas un sustituto, una esponja natural como esta es una gran alternativa si te gusta realizarte una pequeña exfoliación al ducharte.
Las esponjas vegetales naturales como estas pueden albergar bacterias, pero no tantas como las sintéticas, además son más fáciles de enjuagar.
La mejor manera de mantener limpias las esponjas vegetales es dejarlas secar al aire fuera de la ducha, lejos de la humedad y en un lugar fresco y seco.
Si utilizas este tipo de esponja, asegúrate de reponerla una vez al mes.
Una esponja de mar natural es otra alternativa ideal. Son de origen natural y no contienen productos químicos agresivos o artificiales. Además, sus enzimas naturales evitan la acumulación de bacterias, pero aún así deberás limpiarla después de cada ducha.
Todas estas esponjas puedes meterlas en el microondas para eliminar las bacterias que contengan, pero, una vez que empiecen a oler mal, significa que es hora de reemplazarla.
Aún así, la mejor opción es lavarte el cuerpo con tus propias manos, no obtendrás tantas burbujas ni una gran exfoliación, pero dejarás de preocuparte por las bacterias.
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