Desde que somos pequeños, todos hemos soñado con volar como un pájaro, correr como un rayo o nadar como los peces. Pues bien, en el sudeste asiático existe un pequeño pueblo que está más cerca del resto del mundo en tener uno de estos superpoderes.
Las personas que pueden acariciar uno de nuestros deseos de infancia no son otros que los Moken, un grupo de entre 2.000 a 3.000 personas que mantiene una cultura ancestral basada en el mar.
Su idioma no se parece a ningún otro y probablemente emigraron desde China al archipiélago del mar de Adamán, en la costa occidental de Tailandia, hace 4.000 años.
Los Moken forman parte del reducido abanico de culturas nómadas del sudeste asiático definidas comúnmente como "gitanos del mar".
Su gente nace en el mar, pasan la mayor parte de sus vidas en barcos de madera hechos a mano, llamados kabangs, y vuelven al mar para morir.
Los niños Moken incluso aprenden a nadar antes que a caminar para poder ayudar a la tribu buceando en busca de crustáceos y anguilas que comer, o vender, para sobrevivir.
Curiosamente, solo pueden hacer esto debido a una ventaja especial: pueden ver con claridad bajo el agua y son capaces de aguantar la respiración el doble de tiempo que el resto de las personas.
No se trata de ninguna mutación extraordinaria. Más bien se debe a una forma diferente de controlar su cuerpo.
En 1999, unos expertos de la Universidad sueca de Lund se propusieron descubrir el secreto de esta asombrosa habilidad. La investigadora principal, Anna Gislén, se integró a la comunidad Moken para estudiar todos sus hábitos y medir la capacidad de su vista.
Ella misma pudo descubrir que los niños Moken podían ver dos veces más profundo dentro del agua que los niños europeos. ¿Cómo lo hacían? Simplemente estrechando sus pupilas consiguen aumentar la profundidad de campo y cambiar la forma de las "lentes" de los ojos. Es la misma truco que utilizan los delfines para ver bajo el agua.
Además, los niños Moken también pueden disminuir deliberadamente su frecuencia cardíaca, lo que les permite contener la respiración por el doble de tiempo. Esto significa que, en teoría, cualquiera puede aprender a controlar su cuerpo para intentar lograr estas increíbles adaptaciones subacuáticas.
En una etapa posterior de su investigación, Gislén llevó a Tailandia a un grupo de niños europeos. Después de realizar 11 sesiones de adaptación a lo largo de un mes, también mejoraron su visión subacuática.
"Para cada niño fue diferente, pero todos notaron como su visión mejoraba de forma repentina", decía Gislén. "Les pregunté si estaban haciendo algo diferente y me dijeron que no, que simplemente ahora podían ver mejor".
Dicho esto, cabe decir que los niños europeos también eran más propensos a acabar con los ojos irritados después de una exposición prolongada al agua salada. Esto sugiere que los niños Moken podrían tener una bonificación evolutiva única después de todo.
Aún más sorprendente es que los adultos parecen perder esta habilidad especial.
"Cuando envejecemos, nuestras lentes se vuelven menos flexibles, por lo que tiene sentido que los adultos pierdan la capacidad de adaptarlas bajo el agua", sostenía Gislén. Esto podría explicar por qué los adultos tienden a pescar con lanzas desde los botes mientras que los niños se zambullen al fondo del mar.
Por desgracia, actualmente la cultura Moken está en peligro. Desde el maremoto que azotó el Océano Índico en 2004, el pueblo del mar tiene serias dificultades para sobrevivir como han hecho hasta ahora.
Si bien el gobierno tailandés ha intentado ayudar a las personas a recuperarse de este desastre natural construyendo viviendas y proporcionando puestos de trabajo, la ayuda recibida está acabando con la propia tradición del pueblo, y por extensión, de sus increíbles capacidades subacuáticas.
"En un intento por ayudar a mantener a la gente a salvo y ofrecerles lo mejor parte de la cultura moderna, haces que pierdan su propia cultura", decía Gislén.
"Se supone que debemos movernos, debemos ser nómadas y viajar libremente. Si no podemos viajar, estamos muertos, al menos culturalmente", dijo Hong, uno de los líderes de la comunidad Moken.
"Los niños usan teléfonos móviles, estudian inglés y prefieren educarse. Hemos abandonado tanto nuestras antiguas tradiciones que nos arriesgamos a perderlas por completo".
A continuación te mostramos un pequeño vídeo sobre la increíble gente Moken.
Muchas veces compartir una historia increíble es la única forma de mantener viva una cultura en peligro. ¡Comparte las increíbles habilidades del pueblo Moken con todos tus amigos! Fuente: Upworthy