Cuando somos adultos esto es más difícil que pase, pero hay que tener cuidado con los más pequeños. ¿Qué hay que hacer si tu hijo ha bebido lejía por error? Pues ir corriendo al médico, pero primero deberías conocer algunas maniobras que podrían salvarle la vida.
El envenenamiento por ingestión de productos de limpieza es una de las causas más frecuentes de intoxicación durante la infancia. Por ello debemos ser precavidos y tener todo lo que pueda ser tóxico, fuera del alcance de nuestros hijos.
Si algún día te encuentras en la difícil situación de que tu hijo ha bebido lejía, debes saber prestarle primeros auxilios. Tu reacción podría determinar que tu hijo viva o no, así que presta atención.
Antes de aplicar los primeros auxilios, hay que verificar que tu hijo ha bebido lejía, para ello hay que conocer los síntomas por esta intoxicación: vómitos, irritaciones por fuera de la boca, lengua, encías y garganta, hinchazón bucal, dificultad al tragar y respirar, exceso de babas, quemaduras en la piel. Además de esto, habría que añadir el llanto desconsolado del niño.
Ahora bien, una vez confirmado la ingesta de lejía, hay que hacer lo siguiente:
- No darle nada de comer o beber
- No provocarle el vómito
- Ir rápidamente al centro médico más cercano
- Llevar el envase con el líquido que haya ingerido
- Si es posible, hacerle saber al médico la cantidad que ha ingerido
- Medir el tiempo transcurrido desde la ingesta
- Mantener la calma
Para evitar un susto o algo peor, es mejor prevenir que cosas como estas sucedan. Es tu responsabilidad que tu hijo no tenga nada peligroso a su alcance. Las medidas de seguridad adecuadas serían: guardar la lejía en un lugar alto e inaccesible para los más pequeños, protégela dentro de armarios y mantenla cerrada en su envase para evitar confusiones.
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