Nuestras manos están constantemente expuestas a todo tipo de agentes, entre ellos los gérmenes. Cuando nos tocamos el cuerpo con las manos, estos gérmenes se propagan e incluso pueden llegar a transmitirse a otras personas.
Para proteger tanto nuestra salud como la de las personas que nos rodean, debemos tener mucho cuidado con las partes de nuestro cuerpo que nos tocamos con las manos.
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Si miras a tu alrededor, verás a la mayoría de personas tocándose la cara. Aunque parezca una barbaridad, una persona promedio se toca el rostro de 2.000 a 3.000 veces al día. Nuestras manos contienen aceites que pueden tapar los poros de nuestra piel y provocarnos acné.
Por lo tanto, lo mejor es que trates de no tocarte el rostro a no ser que te vayas a lavar la cara o te apliques crema hidratante.
2- Los ojos
Los ojos son una de las partes más sensibles de nuestro cuerpo. Al tocarlos, no solo estamos exponiéndolos a los gérmenes que hay en nuestras manos, sino que podemos introducir en ellos partículas de suciedad que pueden irritarlos e incluso arañar la córnea.
Si vas tocarte los ojos, lávate muy bien las manos antes de hacerlo. Resiste la tentación de frotarlos y trata de aplicarte unas gotas para los ojos si te pican o los tienes resecos. Al frotarlos harás que las arrugas te salgan con mayor facilidad.
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Los oídos son muy propensos a sufrir infecciones, por lo que debes resistir la necesidad de tocarlos. La cera que tenemos está ahí para protegerlos, por lo que si la eliminamos, les haremos más vulnerables. Por otro lado, la piel que recubre el canal auditivo es muy fina y sensible.
4- La nariz
El interior de la nariz contiene sus propias bacterias saludables. Al introducir los dedos, introducimos bacterias diferentes que probablemente nos causen daños.
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La boca de una persona promedio posee alrededor de 34 a 72 tipos diferentes de bacterias. La mayoría de ellas son inofensivas e incluso beneficiosas para nuestra salud oral. Sin embargo, cuando nos chupamos los dedos, nos mordemos las uñas o simplemente comemos con las manos, estamos introduciendo gérmenes extra que interrumpen el equilibrio bacterias. Esto puede causar diferentes infecciones y daños a tu boca.
6- El ano
Tocar la región anal es una excelente manera de propagar los gérmenes. Según Glenner Richardson, director de los Laboratorios de Microbiología y Química Analítica en Microban, "esto puede facilitar la transferencia de un organismo del tracto gastrointestinal a la boca o los ojos a través de las manos, lo que puede provocar una infección".
7- El ombligo
¿Sabías que el ombligo es la parte más sucia del cuerpo? Alberga una gran cantidad de bacterias que son prácticamente inaccesibles, por lo que permanece sucio incluso después de ducharte. La forma del ombligo facilita que se acumule la suciedad, por lo tanto, si te tocas el ombligo y luego te tocas los ojos, imagina lo que podría pasar.
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Seguramente jamás te hayas parado a pensar lo que podría ocurrir con solo tocar estas delicadas partes de tu cuerpo, pero, ahora que lo sabes, lo ideal sería que lo tuvieses en cuenta.
¿Tenías idea de lo peligroso que era tocar estas zonas con las manos? ¡Cuéntanoslo en los comentarios! ¡Comparte este interesante artículo con todos tus amigos! Fuente: Reader's Digest
