Esta es la historia de Brenna, una pequeña que tuvo un comienzo en la vida bastante complicado, pero con la gran suerte de nacer en una familia con unos padres que la adoran.
Courtney y Evan Westlake vivían una vida feliz con su hijo Connor. Cuando se enteraron que su vida volvería a estar repleta de biberones, pañales y chupetes estaban encantados. Como todos los padres, estaban deseando ver las ecografías de su futuro bebé.
Cada vez que iban a una estaban eufóricos y los médicos les decían que todo iba bien. Cuando quedaban tan sólo unos meses se enteraron de que iba a ser una niña: iban a darle una hermanita a Connor.
La joven pareja estaba emocionada y empezaron a preparar todas las cosas para la llegada del nuevo miembro de la familia. Y por fin el gran día llegó, a tan solo unas semanas de Año Nuevo, nació la pequeña de la familia.
Pero todos los planes de llevarse a Brenna pronto a casa de esfumaron en un segundo. La bebé tuvo que ser trasladada de inmediato a cuidados intensivos. No se movía, su temperatura corporal era altísima, y tenía el cuerpo cubierto de heridas.
Brenna fue diagnosticada con una serie enfermedad hereditaria, Ictiosis arlequín. Su piel crece demasiado rápido, lo que da a lugar a que su cuerpo esté completamente enrojecido. Courtney y Evan no pudieron coger a su hija hasta dos semanas después de que naciera. Y desde entonces, su piel tenía que ser tratada diariamente.
Además del problema físico, Courtney inmediatamente se dio cuenta de que la pequeña tenía una dificultad emocional.
Una vez que abandonaron el hospital, Courtney no paraba de escuchar comentarios desagradables y preguntas incómodas que le hacían sentirse muy triste. Ella podía entender la curiosidad de otros niños, ya que la apariencia de su hija es única.
Pero lo que realmente le molestaba era la reacción de los padres. Apartaban a sus hijos lo más pronto posible, y les decían que se callaran y se estuvieran quietos.
"¿Por qué hacen que la distancia entre nosotros sea tan infranqueable? ¿Por qué no nos toman como un ejemplo para aprender que no todos somos iguales, y que esto no es algo malo?, pregunta Courtney.
Dice que ella prefiere hablar con los demás padres y participar en las conversaciones sobre su hija. Ella está tremendamente orgullosa de su pequeña y no le importa nada más. Y no solo ella, su hermano Connor también adora a Brenna.
Su madre simplemente no lo entendía. ¿Por qué otros padres evitan conversaciones sobre personas que tienen un físico diferente? ¿De qué tienen miedo? Sólo tienen que acercarse a nosotros y preguntarnos qué edad tiene.
Y así los niños verían que todo es perfectamente normal. Y cuando sus hijos pregunten por qué Brenna está tan colorada, pueden simplemente ser honestos y decir, "No lo sé, pero no es importante la apariencia de la gente. Todos somos distintos."
Y por supuesto, como no, su padre Evan también está tremendamente orgulloso de su hija. Cada tarde, Courtney presencia una preciosa escena padre - hija, en el que Evan baña a Brenna, como parte de su tratamiento.
El mismo que unos meses antes bromeaba con que nunca le haría trenzas a su pequeña, lava los escasos rizos rubios de su hija con un paño húmedo cada día.
Uno de los efectos de los constantes baños y exfoliaciones requeridos para controlar el exceso de piel es la dificultad que tienen las personas que presentan esta enfermedad para que les crezca el pelo.
Pero aún así, gracias al esfuerzo de Evan, el pelo de Brenna ha crecido un poco. La pequeña se toca el pelo muy orgullosa. Sus padres se han dado cuenta de que su hija puede hacer todo lo que quiera, a pesar de que las cosas no hayan ocurrido tal y como ellos esperaban.
Courtney comparte la vida de Brenna regularmente en su blog, Blessed by Brenna (Bendecidos con Brenna), e incluso ha escrito un libro llamado "Una belleza diferente", que ha sido publicado en agosto de este año.
¡No dudes en compartir esta conmovedora historia con tus familiares y amigos! Fuente: Hefty Imagen de portada: Facebook