En la historia de la humanidad, el holocausto fue el oscuro momento en el que más de seis millones de judíos fueron asesinados por el régimen nazi, bajo las órdenes de Adolf Hitler, pero no todas las historias de esa etapa son tan oscuras.
Hoy te traemos la historia de un héroe, Johan van Hust, quien arriesgó su propia vida para salvar la de más de 600 niños judíos de los campos de concentración.
El héroe del holocausto muere a sus 107 años
Johan vivía en Amsterdam durante la Segunda Guerra Mundial y trabajaba como director de una escuela protestante. Su colegio compartía jardín, separado por un seto, con una enfermería donde retenían a los niños judíos que eran demasiado jóvenes para enviar a los campos de concentración.
Los niños, menores de 12 años, fueron arrebatados de sus padres
Por desgracia, en poco tiempo la enfermería estaba llena y no podía albergar a más niños. El colegio se convirtió entonces en una extensión de la enfermería y los niños judíos empezaron a dormir en sus instalaciones, siempre bajo la supervisión de los nazis.
Gracias a la colaboración de una de las enfermeras que trabajaba allí, los niños acogidos en el colegio fueron sacados por Johan en sacos de ropa sucia y repartidos en hogares seguros para que no terminarán en los campos de concentración, que era su destino cumplida la edad suficiente.
Crearon una red de familias para adoptar y proteger a los niños judíos
La tarea no fue fácil, tenían que encontrar familias dispuestas a arriesgar su cuello por salvar la vida de un niño y todo ello bajo la atenta mirada del gobierno nazi, que de descubrirlo, no se hubiera tomado muy bien la iniciativa.
Para evitar ser descubierto, el director registraba muchos menos nombres de los que recibía, ya que los niños llegaban sin identificar. De esta forma podía ir entregando a los niños en diferentes familias sin levantar sospechas.
En 1945, poco antes del final de la guerra, uno de sus asociados lo delató y tuvo que esconderse, pero fue reconocido como un héroe más tarde por el gobierno de los países bajos y trabajó en el senado entre 1956 y 1981.
"Todo el que salva una vida, salva un universo y usted ha salvado cientos de Universos. Queremos darle las gracias, no solo en nombre del pueblo judío, sino también en nombre de la humanidad"
El único arrepentimiento del antiguo director fue no ser capaz de salvar a más niños de la enfermería. Días antes de morir, el pasado 22 de Marzo, dijo: "Solo puedo pensar en todo lo que no he podido hacer. En esos cientos de niños que no pude salvar"
¿Serías capaz de arriesgar tu vida por salvar la de cientos de niños? ¿Cuántas vidas nacerían gracias a la valentía de este director? ¡Compártelo con tus amigos para que sepan la bondad que hay en nuestro mundo! Fuente: freakingrandom