La pasada semana, Jesse Newton un devoto esposo y padre afincado en Little Rock, Arkansas, experimentó uno de los mayores horrores de su vida. Su Roomba, uno de esos robots de limpieza autónomos, se tropezó con una caquita de perro haciendo que la sala de estar pareciese la escena de un crimen.
Algunos días después del desastre, Jesse describió con gran detalle su horrible experiencia a través de Facebook; la historia venía acompañada de un dibujo muy simple pero a la vez revelador. El relato de su traumática vivencia no tardó en volverse viral.
"La semana pasada algo horrible ocurrió en mi casa. Aún no consigo sacar el terrible recuerdo de mi mente. Hasta ahora no he sabido encontrar las palabras necesarias para describir el horror que viví en casa. Ocurrió sin previo aviso, a partir de un descuido que seguramente también os haya ocurrido a vosotros."
"En algún momento de la madrugada, entre las 12:00 y la 1:30 para ser exactos, nuestro cachorrito Evie no pudo aguantarse las ganas de hacer caca y terminó dejándonos un oloroso regalito en la sala de estar. Esta es la primera vez que hace algo así, probablemente porque olvidamos sacarla antes de acostarnos aquella noche."
Estábamos durmiendo, así que, ¿cómo sabemos con tanta exactitud el margen de tiempo en el que nuestra perrita tuvo ese descuido? Pues muy fácil amigos, lo sabemos porque nuestro Roomba, uno de esos robots autónomos para limpiar la casa, no se activa hasta la 1:30 de la noche. Fue entonces cuando empezó la cacástrofe. Si también tienes uno de esos Roomba más te vale dejar todo lo que estés haciendo y prestar atención a lo que voy a contar.
Bajo ninguna circunstancia dejes que tu Roomba se tope con una caca de perro en su recorrido. Si lo haces verás la facilidad con la que la extiende poco a poco por toda la casa, todas las superficies que tenga a su alcance quedarán pintadas de marrón. ¡Esas pequeñas ruedas son impresionantes! No te haces una idea de la cantidad de mierda que es capaz de empujar y esparcir por la casa. Nuestro "inocente" Roomba recorrió nuestro salón cual coche de rally dejando restos de caca por todas partes.
No te das cuenta del problema hasta que te levantas, vas a la sala de estar y te preguntas por qué el suelo está pegajoso y viscoso. Entonces ves a tu Roomba con mierda hasta la bandera parado en mitad de la habitación con una luz verde que indica que ha terminado su trabajo. A mí me pillo de imprevisto ya que aún estaba medio dormido, pero luego, contemplas el salón, he visto cosas... pero ninguna como aquella. Aún se me hiela la sangre al recordarlo.
No te molestas en limpiarte los pies porque sabes lo que viene a continuación, así que limpias como puedes el Roomba, desmontas todas las piezas y lo metes en la bañera para dejarlo en remojo.
En ese momento te preguntas por qué decidiste comportarte como un adulto y asumir la responsabilidad de deshacer aquel entuerto. Llegados a ese punto también compruebas que la caca ya no solo te mancha los pies, tienes caca hasta en las manos, qué digo, hasta en los codos. Antes de salir del baño escuchas al Roomba hacer ruiditos, escuchas 'whiriill-bip-bib-shiinss' a modo de llanto y entonces recuerdas que todos los componentes electrónicos están muriendo y que olvidaste quitar la batería antes de lanzarlo al agua. Ya no puedes más y gritas y maldices todo lo que sabes.
Después de decir cosas que asustaría al mismísimo diablo coges la alfombra, el lugar donde empezó todo, el epicentro de la cacástrofe, la llevas a la bañera para lavarla y esta se ríe de ti. La alfombra irá directamente a la basura amigos, más os vale que no sea muy cara porque ya no tiene arreglo. Sin embargo, en ese momento tú simplemente te niegas a asumir la derrota, comienzas a enjabonarla y a frotarla porque a tu mujer le encanta esa maldita alfombra y sabes que te preguntará si intentaste limpiarla antes de tirarla. Eso sí que es amor verdadero.
A continuación, sacas del mueble todos los rollos de papel que hay y comienzas a empapar el suelo con una mezcla de agua y lejía esperando a que la mierda se reblandezca porque ya está seca y dura como una piedra. Con una paciencia al alcance de pocos y un estómago al alcance de algunos menos, comienzas a frotar y a eliminar cada derrape de mierda que dejó tu robot "inteligente".
Después de pasar una semana investigando como arreglar el maldito robot de 400€ sin gastarte otros 400€ en su reparación, finalmente decides llamar a la tienda donde lo compraste. La tienda donde lo compré se llama Hammacher Schlemmer, los llamé y les conté la verdad, les dije que mi Roomba se había topado con una caca de perro y que había armado la Tercera Guerra Mundial en mi salón. ¿Sabéis que hicieron? Me dijeron que me lo reemplazarían sin problemas.
Sí amigos, me van a cambiar el Roomba que tras quedar embadurnado en mierda tuvo una trágica muerte en la bañera. Si necesitas comprar algo caro y Hammacher Schlemmer lo vende, te recomiendo que lo compres allí. Y recuerda, nunca dejes que tu Roomba atrape una caca de perro si no quieres arrepentirte toda tu vida."
En su historia, Jesse habla de los empleados de la tienda como si fueran los héroes de su historia, pero se equivoca. Mientras que cualquier mortal habría echado un vistazo a la sala de estar, le habría prendido fuego y nunca habría mirado atrás, Jesse nunca se rindió. Él es el verdadero héroe.
¡Comparte esta divertida historia con todos tus amigos! Fuente: Someecards