Darse una ducha es una acción rutinaria para la mayoría de nosotros. Pero cuando hace frío, no nos atrae demasiado la idea de mojarnos y no es el mejor momento de nuestro día.
Si alguna vez has sentido la tentación de saltarte la ducha cuando no tienes tiempo, incluso durante dos días seguidos, después de leer esto te lo pensarás dos veces.
Nuestro cuerpo contiene 1.000 tipos de bacterias y no todas ellas son buenas. Cuando no te duchas, las bacterias proliferan y pueden entrar en el interior de tu cuerpo a través de agujeros como boca o nariz.
Incluso las bacterias que no son peligrosas pueden producir subproductos malolientes, resultando en más de 30 tipos distintos de olor corporal.
Tu cuerpo segrega sudor y grasas después de la ducha, pero estos no huelen por sí mismos. El olor se produce cuando se acumula una cantidad de secreciones corporales que favorecen que las bacterias crezcan. Ciertas enfermedades, condiciones y hábitos pueden causar también olor corporal.
No está claro si la ducha promueve un equilibrio saludable de bacterias o si altera este equilibrio. La disponibilidad de agua y jabón es algo reciente, por lo que ducharse con regularidad es probablemente más una practica cultural que una forma de asegurar nuestra salud. Aunque hay que reconocer que ducharse ayuda a mantener la piel sana.
A pesar de los efectos de no ducharse, un exceso también tiene efectos nocivos. Darse una ducha demasiado larga puede incluso causar pequeñas grietas en la piel que permitirían acceder a las bacterias.
Así que creemos que lo mejor será un término medio, con el que estés a gusto con tu apariencia y sin olor. Una ducha de una duración corta una vez al día sería lo ideal.
Y tú, ¿con qué frecuencia te duchas? Háznoslo saber en los comentarios. ¡No olvides compartir con todos tus amigos y familiares! Fuente: Bustle | Mirror