Con la llegada del verano, es habitual, por desgracia, que se produzcan ahogamientos en playas y piscinas.
Hay que tener especial cuidado con los niños pequeños. Y es que todos conocemos terribles historias de pequeños que han perdido la vida tras sufrir algún ahogamiento. Sin embargo, no todos los padres conocen otro tipo de incidentes que también se llevan varias vidas infantiles cada año, los ahogamientos secundarios.
¿En qué consiste? Resumidamente, los niños sufren un breve ahogamiento, pero son rescatados y reanimados. Lo que ocurre es que al cabo de varias horas, o incluso de un día, se empiezan a sentir cansados, se duermen y nunca más despiertan. Terrible pero cierto.
Datos que es muy importante que los padres sepan sobre los ahogamientos secundarios 1- Los padres pueden ayudar a prevenirlos
Los padres pueden desempeñar un papel muy importante en la prevención de todos los tipos de ahogamiento, tanto en los típicos como en los secundarios. Proporcionar supervisión constante es muy importante, especialmente en aguas abiertas. Un segundo puede ser vital, ya que los ahogamientos se producen muy rápido y de forma silenciosa.
Las medidas de seguridad son muy importantes. Los niños menores de 5 años son particularmente vulnerables, porque incluso sabiendo nadar, entran rápidamente en pánico en el agua.
2- Son relativamente poco comunes, pero existen
Por suerte, este tipo de ahogamientos son sólo alrededor del 1 o 2% de todos los incidentes de ahogamiento que se registran. Aunque es muy importante que los padres respondan de forma rápida, también deben guardar la calma y no entrar en pánico.
3- Atento a la tos y la fatiga
Las cosas que más hay que tener en cuenta después de que tu hijo haya sufrido un breve ahogamiento es controlar su nivel de actividad, su dificultad para respirar y su tos.
Si notas que tu hijo está soñoliento, o tiene menos energía de lo normal, puede ser una señal para que acudas al médico. El tiempo es muy importante cuando se trata de un ahogamiento secundario. Los médicos deberían comprobar y monitorear continuamente sus signos vitales, hacer una radiografía de su tórax, e incluso administrarle oxígeno.
4- Atento durante horas
Los ahogamientos típicos ocurren en cuestión de minutos, pero en los ahogamientos secundarios, los niños pueden no mostrar signos de angustia durante horas, y en raras ocasiones, incluso durante un día.
Puede no causar ningún efecto inmediatamente, pero suele causar un edema o hinchazón de los pulmones en las siguientes horas. Es vital que los padres presten atención para poder responder a tiempo si su hijo presenta algún tipo de síntoma.
5- Se producen fuera del agua
El ahogamiento secundario es un ahogamiento atípico, ya que ocurre después de que el niño haya salido del agua.
Existen dos tipos de ahogamientos de este tipo: en el primero, el niño ingiere agua, pero no entra en los pulmones. Sin embargo, entra en las vías respiratorias, causando espasmos, que pueden conducir a dificultad para respirar e incluso, asfixia. En el segundo tipo, el agua sí que entra en los pulmones, pudiendo conducir a problemas potencialmente mortales de respiración.
¿Sabías que existían este tipo de ahogamientos? ¡Cuéntanoslo en los comentarios! ¡Comparte con todos los padres que conozcas para que no se vuelvan a repetir! Imagen de portada: freegreatpicture Fuente: huffingtonpost