Muchos hombres se obcecan con una dieta rica en proteínas pensando que es la única manera de conseguir un cuerpo musculoso. Lo que la mayoría de estas personas desconoce es que no todas las proteínas son iguales y que existen ciertos carbohidratos que son realmente beneficiosos para el cuerpo. Para conseguir un cuerpo tonificado y saludable es necesario encontrar el equilibrio adecuado en la dieta.
Si este es tu caso y pretendes alcanzar un cuerpo con músculos enormes y definidos, quizás te convenga tener estas reglas de alimentación en mente: Elige bien el pescado [the_ad_placement id="social-sharing"]
Existen muchas fuentes de ácidos omega muy populares debido a su precio económico, sin embargo, los pescados muy baratos suelen tener grandes cantidades de ácidos grasos omega 6 que pueden desencadenar inflamación.
Si bien es verdad que elegir pescados más económicos puede ayudarte a ahorrar un poco de dinero, alternativas más caras como el salmón te ayudarán a construir unos buenos músculos de forma más saludable gracias a su alto contenido en omega 3.
No te olvides las legumbres
Las judías son una magnífica opción cuando queremos entrenar los músculos a la vez que buscamos quemar grasas. Aparte de la proteína, las legumbres también son ricas en fibra y nos ayudan a regular los niveles de azúcar en la sangre. Una taza de judías negras equivale a ingerir 9 gramos de fibra y 12 gramos de proteína, por no hablar del ácido fólico, hierro y vitamina B que nos aporta, todos ellos elementos esenciales para el desarrollo del músculo.
Ve más allá de las pechugas de pollo
La mayoría de las personas que quieren desarrollar sus músculos se atiborran de pechugas de pollo pensando que es la única fuente de proteína que les conviene, cuando la realidad es que todo el pollo contiene proteínas necesarias para un correcto crecimiento muscular. Incluso la piel del pollo contiene grasa que puedes comer con moderación.
La leche con cacao es una buena alternativa
Esta bebida infantil es perfecta para tomar en los aperitivos antes y después del entrenamiento, ya que ayuda a rehidratar el cuerpo a la vez que aporta un impulso extra para realizar los entrenamiento gracias a su contenido en azúcares. Además, como merienda post-entrenamiento, la leche con cacao puede ayudar a acelerar la recuperación gracias a al contenido en vitamina D, proteínas y calcio de la leche.
Consume los huevos como es debido
Es muy importante saber que la clara de huevo cruda no es digerible por nuestro organismo, de hecho, consumir claras de huevo crudas no es aconsejable, ya que estas pueden estar infectadas de salmonela.
Las proteínas que se encuentran en la clara de huevo contienen largas cadenas de aminoácidos que en estado crudo a nuestro sistema digestivo le es imposible romper, y por lo tanto, aprovecharse de sus nutrientes. Además, la clara de huevo cruda contiene proteínas que bloquean las enzimas de nuestro cuerpo encargadas de digerir las proteínas que consumimos.
Para que la proteína de la clara del huevo pueda ser asimilada debe desnaturalizarse, es decir, debe de pasar por un proceso por el cual cambie su estructura pero no se vea afectada su composición en aminoácidos, así que la proteína desnaturalizada no pierde sus nutrientes al ser ingerida, lo que cambia es que se han destruido alguno de sus enlaces y ahora si nuestro sistema digestivo podrá asimilarlo de manera fácil.
La mejor forma de desnaturalizar la proteína de huevo es a través del calor. Si se calienta el huevo a 56ºC las proteínas que no son asimilables se van a desnaturalizar. Sin embargo, para que llegue a asimilarse completamente debe de cocinarse a 80ºC.
Consumir frutos secos
Las almendras en particular pueden mejorar la quema de grasa del organismo. Estas contienen L-arginina que nos permite quemar más calorías y grasas cuando entrenamos. Consumir un cuarto de taza de este fruto seco puede proporcionarnos 8 gramos de proteína además de una buena cantidad de magnesio, el cual nos ayudará a mejorar el rendimiento reduciendo la sensación de fatiga al mismo tiempo que mejoramos la agilidad, la flexibilidad y contribuye a una oxigenación adecuada. También nos permite una correcta asimilación del calcio, las proteínas y la vitamina C.
Introduce avena en tu desayuno
La mayoría de nosotros no puede empezar el día sin una buena taza de café, sin embargo, cuando queremos que el nivel de energía se mantenga estable durante todo el día debemos elegir avena en su lugar. Una taza de avena nos aportará aproximadamente 4 gramos de fibra, 166 calorías, seis gramos de proteína, vitaminas y minerales. No está mal para una porción tan pequeña. Además, al tratarse de un alimento de digestión lenta, nuestro estómago se sentirá saciado durante más tiempo.
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