Desde que somos pequeños, consumimos diariamente leche sin ser realmente conscientes de si es beneficioso o no para nuestro organismo. Es una costumbre que la mayoría ni siquiera nos paramos a pensar.
Siempre nos han dicho que la leche de vaca es la mejor fuente de calcio para nuestros huesos, pero numerosos estudios han demostrado que esto no es así. De hecho, se ha encontrado una fuerte conexión entre el consumo de productos lácteos y la diabetes tipo 1 en niños menores de 1 año.
Además, las mujeres entre 26 y 46 años que consumen lácteos tienen más riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Si estas razones no son suficientes para que dejes de consumir leche de vaca, presta atención a estas otras siete.
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Seguramente conozcas a alguien que sea intolerante a la lactosa, ya que es una condición muy común. Entre un 30 y un 50% de la población española es intolerante a la lactosa. Esto se debe a que, para ser procesada correctamente por el cuerpo, requiere la presencia de una enzima llamada lactasa.
Esta enzima, está presente en grandes cantidades cuando somos bebés, pero desaparece a medida que crecemos. Esto hace que nos resulte mucho más difícil digerirla y nos provoque dolor de estómago.
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Este síntoma generalmente acompaña al primero. La causa es exactamente la misma, no la digerimos igual de bien que cuando éramos pequeños.
3- Gas
Como una reacción en cadena, la lactosa no digerida queda atrapada en el colon y comienza a fermentar. Como resultado, el cuerpo produce flatulencias para tratar de aliviar la hinchazón.
4- Diarrea
La diarrea, que puede durar incluso días, es una clara señal de que nuestro cuerpo es incapaz de digerir la lactosa.
Lo curioso es que, en muchos casos de intolerancia a la lactosa, no todos los productos lácteos causan estas reacciones. Puede que la leche te siente muy mal, pero que el queso lo digieras perfectamente.
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Este síntoma se asocia más a la alergia que a la intolerancia a la lactosa. Ocurre cuando el sistema inmune no reacciona bien a los productos lácteos y los considera una sustancia extraña en el cuerpo.
6- Antecedentes familiares de cáncer
Hay una hormona presente en la leche, llamada IGF-1, está directamente relacionada con varios tipos de cáncer: mama, colon, próstata y pulmones. Esta hormona acelera el crecimiento de las células cancerosas, aumentando el riesgo de padecer esta enfermedad en un 33%.
7- Acné
Se sabe que los productos lácteos causan una producción excesiva de sebo en la piel. Esto conduce a enrojecimiento, hinchazón y acné, especialmente en la cara.
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Después de leer todo esto, supongo que ya eres consciente de la importancia de reducir tu consumo de leche.
¿Tenías idea de lo perjudicial que podía ser la leche para tu organismo? ¡Cuéntanoslo en los comentarios! ¡Comparte este interesante artículo con todos tus amigos! Fuente: wikr
