El mundo de los medicamentos sin receta fue un campo bastante engañoso desde 1800 hasta principios de 1900. Cualquier persona con la capacidad de mezclar unas cuantas sustancias pegajosas podía comercializarla como cura milagrosa puesto que no había ningún tipo de regulación.
La mayoría de los medicamentos estaban hechos a partir de ingredientes inútiles como el aceite mineral, el opio, la heroína y, por supuesto, mentiras. A fin de cuentas, efectivos o no, este tipo de productos atraía la atención de mucha gente desesperada que soñaba con encontrar en un frasco la solución a todos sus males.
A continuación te mostramos 7 curas milagrosas del pasado: 1- El Linimento de aceite de serpiente de Clark Stanley
Clark Stanley afirmaba que vendía auténtico aceite de serpiente traído por trabajadores chinos a los Estados Unidos. Según Stanley, el aceite contenía ácidos Omega-3 reductores de la inflamación ya que las serpientes de agua chinas comían mucho pescado.
En 1917, la Administración de Alimentos y Medicamentos confiscó parte del aceite de serpiente de Clark Stanley. Tras analizar el remedio, encontraron que solo se trataba de una mezcla de aceite mineral, grasa de res, pimiento rojo y trementina. Más tarde se relacionó con daños en los ojos, los pulmones y el sistema nervioso.
El Sr. Stanley ni siquiera intentó negar que era un mentiroso. Solo se limitó a pagar una multa de 20 dólares por violar la ley.
2- Agua radioactiva
Cuando se descubrió la radiación a finales del siglo XIX, los inventores crearon todo tipo de productos radiactivos. En el siglo XX, diferentes empresas vendían agua de radio como una bebida que curaba más de 150 enfermedades comunes.
Leíste bien. Había empresas que alentaban a las personas a beber agua radioactiva. Al igual que la publicidad de hoy, los fabricantes de productos crearon un problema y luego vendieron una solución. Insistieron en que el agua estaba "desnaturalizada" y que le faltaba un ingrediente importante: radiación.
El Revigator era un dispensador de agua hecho de cerámica revestida con mineral de uranio. Los propietarios tenían que llenar el contenedor y dejar que el agua se asentara en la jarra durante la noche antes de poder beberla.
3- Sagwa indio de los Kickapoo
Comercializado entre 1881 y 1906, el Sagwa indio supuestamente estaba basado en un viejo remedio nativo americano usado por la tribu Kickapoo. Esta fue una de las muchas medicinas comercializadas que tuvieron alguna conexión con la medicina tradicional de las tribus nativas americanas.
John Healy y Charles Bigelow (sus inventores) sabían que la gente asumiría que cualquier cosa relacionada con los curanderos nativos americanos tenía que funcionar.
El espectáculo de Healy y Bigelow era uno de los espectáculos de medicina itinerante más conocidos de los Estados Unidos. Los dos estafadores contrataron a unos cuantos nativos para que viajaran con ellos y contasen falsas historias sobre la supuesta cura milagrosa.
El espectáculo incluía bailes, comedores de fuego, malabaristas; incluso se curaba a alguien en el acto (a una persona que trabajaba para el espectáculo, por supuesto).
4- El elixir milagroso del doctor Meriwether
La pareja formada por el doctor Meriwether y Yellow Kid engañó a las masas vendiéndoles una bebida milagrosa que supuestamente curaba tenias (gusanos parásito que se adhieren al intestino). Hacer afirmaciones alocadas sobre medicamentos inútiles era lo normal en aquel momento, pero el doctor Meriwether tenía un talento especial para mentir.
Meriwether juró que el elixir milagroso era una mezcla secreta de poderosas medicinas. Durante sus demostraciones de medicina, habló sobre la intensa investigación que había hecho para crear la fórmula. Los ingredientes fueron principalmente agua de lluvia, alcohol, sales de Epsom y una planta con efecto laxante.
Meriwether usaba todo tipo de bailarines y cantantes para atraer a la multitud hasta sus shows. Joseph "Yellow Kid" Weil por su parte hacía de "cliente satisfecho". Para cada actuación, Joseph afirmaba que la poción había salvado su vida y la de sus hijos, y que no podía vivir sin ella.
5- El jarabe alemán de Boschee
El coronel George Gil Green fue el hombre que estaba detrás del jarabe alemán del Dr. Boschee. Había comenzado a estudiar en la escuela de medicina pero, al igual que muchos charlatanes antes que él, la dejó antes de tiempo. Después de regresar de la Guerra, Green compró los derechos del jarabe de su padre, el cual contenía láudano y alcohol.
Es cierto que el jarabe hacía que la gente se sintiera bien por un tiempo, después de todo, el láudano es una combinación de opio, morfina, codeína y otras sustancias adictivas.
Green comercializó el adictivo jarabe como un remedio para la garganta y los pulmones. Con el tiempo vendió tanto jarabe que se hizo millonario y compró un hotel en Pasadena, California, un teatro de la ópera y varios otros edificios en Woodbury, Nueva Jersey.
6- Las pastillas femeninas francesas de Johnson
Las quejas femeninas se consideraron un problema común en el siglo XIX. Sin embargo, rara vez se hablaba de los síntomas en términos específicos, y la mayoría de los fabricantes de medicamentos patentados solo insinuaban los problemas que creían que tenían las mujeres. Uno de los medicamentos más populares para las mujeres y sus delicados síntomas fueron las Johnson's French Female Pills.
Estas píldoras contenían en su mayoría suplementos que usamos hoy en día como el hierro y el calcio. Ambos minerales están vinculados al fortalecimiento de los huesos y el sistema inmunológico. Si los fabricantes solo hubiesen utilizado esos ingredientes, estas pastillas habrían sido inofensivas. Desafortunadamente, también agregaron mercurio y plomo.
En el siglo XIX, los doctores usaban mercurio para tratar la sífilis, por lo que al menos tuvo un uso médico legítimo. El tratamiento funcionó para la sífilis, pero investigaciones posteriores descubrieron que un exceso de mercurio podía causar daño neurológico.
El plomo es igualmente peligroso, especialmente para los niños. El plomo daba a los medicamentos un sabor dulce, por lo que muchos fabricantes de medicamentos lo agregaban como edulcorante.
7- Papel de ozono
El asma es una enfermedad grave que afecta a millones de personas. A lo largo de la historia han habido diferentes tratamientos para el asma, casi todos ellos ineficaces e incluso peligrosos como vomitar o beber sangre de caballos salvajes.
Durante el siglo XIX, los curanderos sugerían tratar el asma inhalando vapores o humo. Por esta razón se diseñaron cigarrillos especiales para asmáticos e incluso se recomendaba que los niños fumasen para aliviar su asma.
El papel de ozono era un "papel especial" que emanaba unos vapores milagrosos al ser quemado. En la publicidad se aseguraba que no solo curaba los ataques de asma, sino que acababa con la enfermedad para siempre.
En un principio, los médicos pensaban que el asma aparecía a causa de flemas en los pulmones, por lo que recomendaban terapias de humo para secarlas. Finalmente, la comunidad médica atribuyó el asma a la inflamación alérgica y se dio cuenta de que el humo y los humos dificultaban la respiración.
¡Puff! ¡Menos mal que la medicina ha avanzado un poco desde entonces! ¡Compártelo estas estafas médicas con todos tus amigos! Fuente: Listverse