En una sociedad gobernada por modas superficiales y una limpieza obsesivo-compulsiva, algo tan natural como la sudoración es considerado a menudo como algo terrible. Sudar en el lugar o el momento equivocado sin duda puede ser un poco embarazoso. Sin embargo, muchas personas no comprenden que la sudoración es una parte saludable y fundamental de cualquier cuerpo que funcione como es debido.
Esas bonitas manchas de sudor que adornan tu camisa del trabajo o tu blusa favorita están ahí por una buena razón. De promedio, una persona adulta que hace un esfuerzo intenso genera entre 0,7 y 1,5 litros de sudor a la hora, así que no estaría mal que durante un par de horas lo hiciésemos. A continuación te mostramos algunas de estas ventajas.
6 Razones por las que sudar resulta tan beneficioso: 1- El sudor nos mantiene vivos
Los seres humanos sudamos principalmente por una razón, mantener la temperatura corporal lo más cercana posible a los 37ºC.
Durante el ejercicio, el flujo de sangre aumenta para brindar más oxígeno a los músculos, elevando la temperatura y activando las glándulas sudoríparas ecrinas. Cuando el vapor se evapora, el cuerpo disipa el calor y reduce su temperatura general.
Si no sudásemos durante una actividad moderada, nos sobrecalentaríamos en 10 a 12 minutos, propiciando la aparición de desmayos, insolación, problemas renales e incluso la muerte.
2- Ayuda a eliminar toxinas
Si hay algo por lo que sudar resulta realmente beneficioso, es la desintoxicación que ofrece. Más allá de los zumos detox y demás dietas purificadoras de moda, la sudoración es la forma más eficiente de eliminar las toxinas de nuestro cuerpo.
La sudoración elimina numerosos contaminantes del cuerpo entre los que se incluyen el alcohol, el colesterol y ciertos tipos de sales. También elimina multiples sustancias químicas y compuestos que de lo contrario se podrían acumular dentro de nosotros y causar todo tipo de problemas.
3- Sana nuestro cuerpo
Hace muy poco que se está empezando a descubrir el papel fundamental que desempeñan nuestras glándulas sudoríparas en la curación de nuestras heridas, arañazos y otras abrasiones superficiales. Las millones de glándulas sudoríparas ecrinas que se encuentran distribuidas por la piel pueden albergar células madre, las cuales son indispensables para que se produzca la cicatrización y el cierre de heridas.
Un estudio de 2012 publicado en el Journal Cell encontró glándulas sudoríparas que contienen 4 variedades diferentes de células madre.
4- Hormonas del placer
La ciencia ha demostrado una y otra vez que el ejercicio nos hace felices. El ejercicio extenuante desencadena la liberación de endorfinas en el cerebro, hormonas asociadas con el placer que mejoran nuestro estado de ánimo.
Más allá de esta relación que hay entre el ejercicio y las endorfinas, la sudoración puede afectar directamente en la liberación de estas hormonas de la felicidad. Cuando el cuerpo se calienta hasta el punto en que necesita sudar, desbloquea neuronas sensibles a la temperatura específica del cerebro que pueden afectar positivamente al estado de ánimo.
Cuanto más ejercicios hagas, más sudarás. ¡Y cuanto más sudes, más feliz serás!
5- Evita la aparición de cálculos renales
Diversas investigaciones han demostrado que sudar es bueno para los riñones. El proceso de sudoración nos permite eliminar el exceso de sal del torrente sanguíneo. Este proceso regula la acumulación de sodio y calcio en la orina, que de lo contrario podría conducir al desarrollo de cálculos renales.
Sin embargo, algo importante que debemos recordar es que mantenernos hidratados durante y después de sudar es muy importante en la lucha contra esos molestos cálculos renales. Cuanto más sudamos, más líquido expulsamos por nuestra piel que de otra manera saldrían a través de la orina.
6- Mantiene la piel limpia
Es posible que sigas teniendo granos a pesar de que la adolescencia haya quedado bastante atrás. En lugar de buscar cremas anti-acné, que pueden resecar la piel y empeorar la situación, quizás lo que necesites sea viajar a la sauna. La sudoración abre los poros y ayuda a expulsar la grasa y la suciedad.
Cuando estas sustancias se acumulan, las bacterias lo tienen mucho más fácil para reproducirse, lo que propicia la aparición de los dichosos granos.
Por esta razón la sudoración es la forma más eficaz y menos dañina de aclarar la piel. Pero recuerda, tus glándulas sudoríparas no pueden encargarse de hacer todo el trabajo. Una vez que la suciedad ha sido expulsada, llega el momento de que la retires antes de que se vuelva a incrustar en tus poros.
Siguiendo este consejo, siempre es una buena idea darse una ducha rápida después de hacer ejercicio o ir al sauna. Además, si el último tramo de la ducha lo haces con agua fría, cerrarás los poros y evitarás que la suciedad se vuelva a acumular.
No importa cómo lo hagas, ¡solo suda!
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