Ir al dentista no es plato de buen gusto para nadie. Para algunos incluso se puede convertir en la peor de las torturas, pero alguna vez te has preguntado ¿Cómo sería ir al dentista en la época de Cleopatra y Marco Antonio?
Lo cierto es que el camino de la odontología hasta llegar a la comodidad de nuestros días ha sido largo y doloroso, si te quejabas de lo mucho que te dolió tu ortodoncia imagínate que te incrusten un diente de oro como si de un cuadro se tratase, sin anestesia.
Hitos que han mejorado tu visita al dentista 1- Dientes de oro
Puede que los egipcios fueran una de las culturas punteras de la edad antigua, pero de dentista no andaban muy bien.
Seguro que no os imagináis a la deseada Emperatriz del reino de las pirámides besando a Marco Antonio con una dentadura de oro. Pues aunque parezca increíble era una de las tendencias de la época.
Egipto era una de las civilizaciones con más problemas bucales debido a que su dieta consistía en su mayoría en granos y cereales.
Así que muchos optaban por la cirugía, e implantarse dientes de oro. Si crees que tus visitas al dentista son tediosas imagínate una cirugía dental en el antiguo Egipto.
2- Herramientas poco ortodoxas
El taladro de Proa era uno de los mejores inventos de la época para realizar intervenciones quirúrgica.
Se trataba de un dispositivo parecido al arco de una flecha, sostenido con una cuerda que se enrolla en la punta, de forma que pudiera moverse y perforar el diente. Por suerte, en aquella época ya existía el alcohol, aunque puede que no sirviera de mucho.
3- Higiene dental
Para las civilizaciones antiguas el flúor y la pasta de dientes no significaban demasiado. Sin embargo, parece que a partir de la Edad Media, nuestros antepasados empezaron a comprender la importancia de la higiene bucal.
4- Dientes Brillantes
Aunque suene inverosímil, teniendo en cuenta que nuestros antecesores empezaron a lavarse los dientes en la Edad Media, le daban mucha importancia al blanqueamiento dental.
Para ello usaban ungüentos dignos del mismísimo Merlín. Mármol Blanco, hoyos quemados, sal y piedra pómez transformados en polvo y untados en los dientes eran suficiente para tener una dentadura radiante, o eso decía.
5- Dentaduras usadas
Lo de donar órganos no era un problema para las antiguas sociedad. Si tenían que elegir entre no tener dientes o usar los dientes de difunto la respuesta estaba clara para ellos. Y así surgieron las primeras dentaduras.
Esta claro que las visitas al dentista, por suerte, han cambiado mucho a lo largo de los años.Eso, debemos agradecerlos a el dolor de nuestros antepasados.
Quizás la próxima vez que vayamos al dentista no nos quejemos tanto, ¿no crees? ¡Comparte con tus amigos cómo eran las visitas al dentista hace siglos! Fuente: ListVerse