Imagina estar durmiendo plácidamente cuando de repente, dentro de ese nebuloso estado entre el sueño y la vigilia, te aferras a un sueño erótico que parece intentar escapar. Entonces, sientes cómo algo va creciendo lentamente dentro de ti hasta que te despiertas experimentando uno de los mejores orgasmos que recuerdas por arte de magia. ¿Te resulta familiar?
Aunque pueda parecer sorprendente, según un estudio realizado por el Instituto Kinsey, de la Universidad de Indiana, casi el 37 % de las mujeres experimentan orgasmos mientras duermen al alcanzar los 45 años.
La mayor incidencia de este tipo de orgasmos suele producirse entre los 40 y los 50 años (a diferencia de los hombres, quienes experimentan gran parte de sus poluciones nocturnas durante la adolescencia). Y por alguna razón desconocida, este tipo de orgasmos suelen ocurrir con mayor frecuencia cuando se está atravesando una sequía sexual.
Lo creas o no, tan solo el 25 % de las mujeres tienen orgasmos de forma habitual exclusivamente mediante la penetración. Al parecer, la constancia de los orgasmos, o la ausencia de los mismos, están vinculados al estado psicológico.
Tal y como explica Debby Herbenick, profesora adjunta en la Universidad de Indiana, investigadora en el Kinsey Institute y autora de The Coregasm Workout, "Existe una serie de factores comunes que suelen impedir que las mujeres experimenten orgasmos durante el sexo".
Entre las razones más comunes se encuentran: no contar con información suficiente sobre cómo tener un orgasmo, tener un compañero desconsiderado que no dedica suficiente tiempo a su pareja durante los preliminares o el sexo en cuestión, inseguridades acerca del aspecto corporal, etc.
Debido a que están tan vinculados a la autoconfianza, la seguridad y a nuestro propio cerebro, los orgasmos tienden a mejorar con los años. "Normalmente resulta más fácil llegar al clímax conforme se adquiere edad y experiencia, o cuando se tiene sexo con parejas habituales que te hacen sentirte querida", afirmaba la Dra. Herbenick.
Parece lógico que algo parecido ocurra con los orgasmos nocturnos.
"Existen muchas razones para creer que los orgasmos nocturnos no son resultado de la estimulación genital, sino que se originan en el cerebro," escriben Barry R. Komisaruk, Beverly Whipple y Sara Nasserzadeh en The Orgasm Answer Guide.
Por otra parte, varios estudios también han demostrado que incluso mujeres con la conexión interrumpida entre el cerebro y sus genitales debido a lesiones en la espina dorsal también pueden tener orgasmos nocturnos. ¿Qué quiere decir esto? Pues que si tienes un clítoris y/o una vagina que funcionen, puedes llegar al clímax mientras duermes.
¿Qué hacer para experimentar uno de estos orgasmos?
Aunque pueda parecer una experiencia un tanto aleatoria, sí que existen ciertos trucos para facilitar la llegada al orgasmo durante el sueño. Necesitas cinco pasos : sequía, imaginación, estar agotada, dormir en la posición adecuada y más imaginación
Según la investigación, tras una racha de orgasmos más o menos frecuentes, se entre una especie de "sequía" repentina. La época de abstinencia puede durar días o semanas. Simplemente tienes que entrar en un estado en el que pienses "¡Necesito un buen orgasmo ya!", de esta manera plantarás una especie de semilla en tu mente que le dará un empujoncito a tu subconsciente.
En segundo lugar, suele ser de ayuda que te tumbes boca abajo. No hay ningún escrito que defienda que dormir así fomente la estimulación genital, pero no está de más que haya algo ejerciendo presión en la zona. Por otro lado, se ha demostrado que dormir en esta posición hace que se experimenten más sueños eróticos a causa de una posible falta de aliento.
También es necesario que estés agotada, muy agotada. Y finalmente, piensa en algo que te ponga como una moto antes de ir a la cama. Con suerte te despertarás en mitad de la noche a causa de un estupendo orgasmo nocturno.
¿Has experimentado alguna vez algún orgasmo mientras dormías? ¡Compártelo con todos tus amigos! Fuente: Broadly