Aceptar la faceta menos conocida de Bob Marley es una tarea bastante complicada ya que el icono jamaicano significa mucho más que música.
Al igual que el Che Guevara, Bob Marley se ha convertido en un concepto, un objeto, una camiseta. Ahora es una marca, algo que trasciende a la música y al ser humano que hay detrás de todo.
Miles de seguidores del rey del reggae de todo el mundo visitan Jamaica solo por él, algo que beneficia en gran medida a la industria turística de la isla.
Sin embargo, hubo momentos en que Jamaica no estaba tan orgullosa de ser el hogar del artista, pues hubo varios incidentes en torno a su vida privada que emborronaron enormemente su legado.
A pesar de que muchos creen que Bob vivió para cantar sobre problemas sociales, la unión de las personas y mostranos que el amor era todo lo que necesitábamos, maltrató a su mujer y desarrolló tendencias homofóbicas, tal como lo reveló su esposa Rita Marley en su libro No woman, no cry: My life with Bob Marley.
Un tipo duro
Como un hombre de raza mixta procedente de un gueto negro (su madre era negra y su padre blanco), Robert Nesta Marley no tuvo una infancia fácil en Trenchtown.
La única forma de sobrevivir en aquel entorno era siendo un tipo duro, de ahí su apodo y nombre de su propio sello discográfico: Tuff Gong.
Cosechar un éxito tan grande después de haber vivido con tantas dificultades hizo que Marley se convirtiese en una persona distinta a la que fue en su juventud.
Al ser un icono mundial del pop, Marley disfrutó de una ingente atención femenina, la cual desembocó en el nacimiento de numerosos hijos extramatrimoniales.
Quizás no sea algo demasiado sorprendente en la vida de una estrella de la música, pero las acusaciones de 2004 de su esposa fueron más que un arrebato de celos.
Rita afirma que pasó de lavar el único par de pantalones que tenía su esposo, a ser ignorada mientras él vivía en una mansión teniendo sexo con distintas mujeres.
La mujer también reveló que no sólo Bob la engañaba con decenas de mujeres, sino que también se atrevió a violarla en diversas ocasiones.
Rita aseguró que su esposo nunca aceptaba un no por respuesta, pues decía que ella era su esposa y estaba obligada a darle placer.
Por otra parte, sus creencias rastafari incluían un fuerte sentimiento homofóbico. Jamaica, su lugar de origen, es considerado uno de los lugares más discriminatorios de todo el mundo en contra de las personas gay.
Marley no se quedaba atrás y, de hecho, se rehusó a tomarse una fotografía con Prince, a pesar de que el músico no era gay.
Un mensaje contradictorio
El intento de Marley de crear un mensaje coherente de paz y libertad con su música y apariciones públicas, su conversión al rastafarismo y su defensa de la igualdad de derechos fueron todos actos muy encomiables. Sin embargo, llevaba una vida llena de contradicciones.
Marley se convirtió en un ser ambicioso, viviendo una vida llena de lujos, a pesar de que en sus canciones hablaba sobre religión y desprecio al materialismo.
En 1980, Bob Marley incluso visitó Gabón, gobernado por el despiadado Omar Bongo, un dictador cuyos 42 años en el poder estuvieron plagados de acusaciones de corrupción y asesinato. Sin embargo, esta controversia no impidió que Bob Marley y The Wailers diesen un concierto para el dictador.
A pesar de ser seguido por millones de personas que creen entenderlo por completo, muy pocos conocen que abusó de su esposa, tuvo 11 hijos con 7 mujeres diferentes y detestaba a los gays. Por suerte para él y para el mundo, fueron sus canciones de paz y amor lo que transcendió para el resto de la historia.
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