Las vitaminas son esenciales para el organismo, de hecho, su deficiencia puede conducir a enfermedades muy graves. Sin embargo, eso no significa que debas consumirlas en grandes cantidades todos los días. La Dra. Sarah Brewer, licencia en medicina, nutricionista y terapeuta nutricional, ha estudiado el peligro de la ingesta excesiva de ciertas vitaminas, y en artículo de hoy vamos a resumirte sus conclusiones.
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Las vitaminas se dividen en dos grupos principales: solubles en agua y solubles en grasa. Las que son solubles en agua (vitaminas B y vitamina C) se eliminan fácilmente del cuerpo a través de los riñones y es poco probable que se acumulen. Aun así, una ingesta elevada puede provocar problemas intestinales, como indigestión, náuseas o diarrea.
Las vitaminas liposolubles, es decir, solubles en grasa, como las vitaminas A, D, E y K, son las más peligrosas si las tomas en exceso, ya que se almacenan en el hígado y pueden acumularse a niveles tóxicos.
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La vitamina A es necesaria para el crecimiento adecuado, la curación de heridas, la regeneración de los tejidos y la visión. Por desgracia, si consumes tan solo el doble de la cantidad diaria recomendada puede producirte muchos problemas de salud como cirrosis, dolores de cabeza, irritabilidad, visión borrosa, náuseas, debilidad y fatiga. También puede afectar a los huesos y provocar dolor y un mayor riesgo de fractura.
Durante el embarazo, demasiada vitamina A puede afectar el desarrollo del feto y aumentar el riesgo de anomalías en el nacimiento. Por lo general, se aconseja a las mujeres embarazadas no tomar suplementos que contengan vitamina A y evitar el consumo de productos hepáticos como el aceite de hígado de bacalao.
¿Cuál es la ingesta segura de vitamina A?
Los expertos tienen diferentes opiniones sobre lo que es una ingesta segura, y las recomendaciones nacionales varían ampliamente. En la Unión Europea la cantidad diaria recomendada para adultos es de entre 700 y 900 microgramos (µg).
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La vitamina D es necesaria para la absorción y regulación del calcio y para tener unos huesos fuertes y sanos. También mejora la función del sistema inmunitario y regula el estado de ánimo. Por otro lado también apoya la salud muscular y circulatoria.
La vitamina D se asocia más a menudo con la deficiencia que con la toxicidad. Sin embargo, en exceso puede provocar niveles demasiado altos de calcio en la sangre que puede conducir a una pérdida del apetito, náuseas, dolor de cabeza, cálculos renales y un mayor riesgo de fracturas óseas.
¿Cuál es la ingesta segura de vitamina D?
La cantidad diaria recomendada para adultos de vitamina D en la Unión Europea es de 600 UI.
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La vitamina E consiste en un grupo de sustancias liposolubles cuya acción antioxidante protege las membranas celulares y los nervios de los efectos nocivos de la oxidación.
Los suplementos tienden a proporcionar vitamina E de origen natural (d-alfa-tocoferol). El alfa-tocoferol sintético tiene menos actividad biológica ya que incluye algo de l-alfa-tocoferol inactivo. La vitamina E sintética se identifica en las etiquetas de los suplementos como dl-alfa-tocoferol.
El exceso de vitamina E puede causar dolor de cabeza, debilidad muscular, visión doble y problemas intestinales. Además, puede hacer que la sangre se vuelva demasiado líquida, lo que aumenta el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular hemorrágico.
¿Cuál es la ingesta segura de vitamina E?
Dentro de la Unión Europea, los expertos recomiendan no superar los 15 µg (alrededor de 22,4 UI) diarios en adultos.
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La vitamina K1 es necesaria para la coagulación sanguínea normal y la vitamina K2 desempeña un papel importante en la salud ósea y regula la deposición de calcio para proteger contra la calcificación de los tejidos.
Por desgracia, disminuye el efecto de los anticoagulantes como la warfarina, por lo que es importante consultar a un médico antes de tomar suplementos que contengan vitamina K.
¿Cuál es la ingesta segura de vitamina K?
La dosis diaria recomendada en Europa es de 75 µg para adultos y 35 µg para niños.
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