En la década de 1970, el psicólogo Julian Stanley y su equipo lanzaron un estudio a gran escala en el que los participantes eran niños superdotados de Estados Unidos. Siguieron su evolución a lo largo de toda su vida y ahora, después de casi 45 años, muchos de ellos son políticos, científicos, empresarios, ingenieros, etc.
Estos son las principales conclusiones que han sacado de la investigación. 1- Los niños superdotados necesitan formarse al igual que los niños que no lo son
Muchos piensan que los niños superdotados nacen sabiéndolo todo y esto no es ni mucho menos cierto. También necesitan nutrirse con nuevos conocimientos para aprender y formarse como profesionales.
2- La inteligencia no es lo mismo que la pasión
Los niños superdotados tienen más facilidades para entender y comprender ciertos conceptos, lo que hace que muchos piensen que deban estudiar carreras complicadas como ingeniería o medicina. Sin embargo, estas carreras quizás no les llenan y prefieren estudiar otras. Cada persona debe ejercer el trabajo que le haga feliz, por lo que no debemos presionarles para que estudien algo que no quieran.
3- Los superdotados deben trabajar tan duro como los niños que no lo son
El hecho de que un niño sea superdotado no quiere decir que tenga el éxito asegurado. El esfuerzo es un factor crítico para determinar lo lejos que llegará alguien en su vida. Además, hay muchas cosas más importantes en la vida que el logro profesional, como la familia, los amigos y la felicidad general.
4- Todo niño merece ser tratado como si fuera superdotado
Debemos conocer cuáles son las fortalezas y debilidades del niño y adaptar la planificación de sus estudios a su caso.
Recuerda que porque un niño sea superdotado no debes tratarlo de manera especial. Al igual que si un niño tiene más problemas de concentración o de asimilación de conceptos no debes menospreciarlo. Cada uno aprende a su ritmo y es importante que lo respetemos.
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