Probablemente hayas escuchado que la piel de pollo es mala para tu salud. Que no solo engorda, sino que también sube el colesterol y la presión arterial. Pues bien, algunos estudios realizados recientemente han demostrado que este tipo de afirmaciones son incorrectas después de todo, por lo que ya no es necesario que le quites la piel al pollo antes de cocinarlo y comértelo.
Los expertos en salud de la Universidad de Harvard confirmaron que comer la piel del pollo, siempre que se haga con moderación, no causa problemas de salud. Además, fíjate tú por dónde, la piel que muchas personas han estado evitando durante décadas tiene algunos beneficios.
Estas son las ventajas de dejarle la piel al pollo Es buena para el corazón
Esta es probablemente la mayor sorpresa sobre la piel del pollo, ya que después de todo, no es perjudicial para tu corazón. Al igual que con los aguacates, que también se han evitado debido a su contenido de grasa, la piel del pollo contiene grasa no saturada, un tipo de grasa que es beneficiosa para el corazón. La grasa no saturada puede ayudar a reducir la presión arterial y los niveles de colesterol malo al mismo tiempo que regula las hormonas.
Es muy sabrosa
¿Y qué hay de bueno en un plato sabroso? Pues así no te verás obligado a agregar sal extra para mejorar su sabor. Probablemente ya conozcas los problemas que causa comer demasiada sal, por lo que siempre será recomendable reducir su consumo tanto como sea posible.
No absorbe tanto aceite como piensas
Cocinar pollo a alta temperatura puede hacer que la comida sea muy grasosa. Afortunadamente, la piel funciona como una barrera, por lo que no debes preocuparte por que el interior del pollo contenga demasiado aceite. La piel se convierte en una costra que no deja que entre la humedad. Por eso, incluso si prefieres no comer la piel del pollo, deberías mantenerla aunque sea mientras lo estás cocinando.
Si bien es cierto que ya han quedado atrás lo días en los que nos perdíamos uno de los grandes placeres de comer pollo, es importante recordar que, a pesar de que la piel del pollo no es del todo mala, aún tiene más omega-6 que omega-3.
La proporción es desequilibrada y, por lo tanto, puede provocar inflamación si se consume en grandes cantidades y a diario. Como se suele decir, la clave está en la moderación. Además, siempre deberías evitar la piel quemada porque no solo tiene poco valor nutricional, sino que también podría afectar negativamente a tu cuerpo.
¿Eres de los que se comen la piel del pollo? ¡Déjanos tu respuesta en los comentarios!
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