Seguramente hayas escuchado más de una vez eso de que "cuando cumples los 40, todo te engorda el doble". Pues bien, debes saber que esto no es del todo verdad. Es cierto que el metabolismo comienza a ralentizarse cuando cumplimos los 30, pero lo hace de manera tan paulatina que apenas te afecta.
En realidad, ese aumento de peso que se produce con la edad, no tiene absolutamente nada que ver con el metabolismo, sino con la actividad física. A medida que vamos envejeciendo, cada vez somos menos activos, y este es el motivo principal de esos kilos que vamos ganando.
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Nuestra tasa metabólica en reposo es una medida que indica cuánta energía gastamos o 'quemamos' cuando estamos en reposo. Está determinado por una combinación de factores que incluyen la altura, el sexo y los genes heredados. El metabolismo es muy difícil de modificar y, por mucho esfuerzo que pongas, tan solo podrás acelerarlo levemente.
Por otro lado, nuestros cuerpos parecen entrar en tres fases distintas en la quema de calorías, dependiendo de lo que estemos haciendo.
En primer lugar, cuando estamos comiendo, quemamos un pequeño número de calorías, aproximadamente el 10%. Esto se denomina efecto térmico de los alimentos, y es la primera de las tres fases. Podemos aumentar el efecto consumiendo café y grandes cantidades de proteína.
La actividad física es la segunda fase y la más importante en la quema de calorías. Ya sea subiendo las escaleras, practicando yoga o ejercitándote en el gimnasio, pero es esencial que te mantengas activo para perder peso.
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La tercera fase llega después de haber hecho ejercicio, y podríamos decir que se debe al exceso de consumo de oxígeno después del entrenamiento.
Cuando se trata de contrarrestar el aumento de peso, estas dos últimas fases -las relacionadas con la actividad física- son las más importantes. Por ello, lo más importante a la hora de quemar calorías es hacer deporte. Aunque, obviamente, esto siempre debe ir acompañado de una dieta equilibrada.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud, además de ser menos activos a medida que envejecemos, también vamos perdiendo la costumbre de comer de manera sana y equilibrada y le damos una importancia menor a nuestra alimentación.
Si sientes antojos entre las comidas, lo mejor es comer menos cantidas y con más frecuencia a lo largo del día. De esta manera controlarás mejor el apetito y te sentirás saciado durante más horas, lo que te ayudará a ingerir menos calorías.
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Como ves, tu metabolismo no es el causante de ese aumento de peso, la razón fundamental es el estilo de vida sedentario que hace que consumas más calorías de las que quemas.
¿Te unirás a un estilo de vida saludable? ¡Cuéntanoslo en los comentarios! ¡Comparte este interesante artículo con todos tus amigos! Fuente: Science Alert
