Cuando las mujeres llegan a los 40 y 50 años, comienzan a experimentar cambios físicos bastante drásticos: aparecen las arrugas, las mamas comienzan a caerse, ganan peso con mayor facilidad, pierden masa muscular, etc.
Sin embargo, internamente también se producen muchos cambios que, a diferencia de los antes mencionados, no son visibles. Aunque algunos de estos pueden estar causados por cambios en la dieta o en el estilo de vida, muchos de ellos se producen por desequilibrios hormonales.
Por ello, en el artículo de hoy te describimos algunos de los síntomas generales que debes identificar si sospechas que estás experimentando un desequilibrio hormonal.
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Los dolores de cabeza y las migrañas suelen estar relacionados con el estrógeno. Esta hormona femenina controla los químicos del cerebro que causan o alivian los dolores de cabeza. Por lo tanto, una disminución de los niveles de estrógeno puede dar lugar a la aparición de migrañas.
De acuerdo con WomensHealth.gov, alrededor de dos tercios de las mujeres que padecen migrañas afirman que sus síntomas se disipan gradualmente cuando llegan a la menopausia, aunque otras afirman que los síntomas empeoran.
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Durante la premenopausia y la menopausia, los ovarios de una mujer disminuyen su producción de progesterona, una hormona que ayuda a mejorar el sueño. Como consecuencia, muchas mujeres sufren insomnio y otros trastornos del sueño.
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Durante las diferentes etapas de la menopausia, los desequilibrios hormonales pueden provocar cambios de ánimo muy drásticos. Por lo tanto si experimentas cualquier tipo de alteración en el estado de ánimo, puede que sea debido a un desequilibrio hormonal.
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Los sofocos son uno de los signos más evidentes de la premenopausia y la menopausia. Según WebMD, hasta el 75% de las mujeres experimentan sofocos y sudores tanto de día como de noche cuando están entran en la menopausia.
De hecho, entre el 25 y el 30% de las mujeres afirman que este hecho merma su calidad de vida, asegura la Dra. Valerie Omicioli, profesora de ginecología de la Universidad de Maryland.
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Cuando sientes mucho cansancio sin causa aparente, falta de energía o debilidad en los músculos, probablemente estés experimentando un desequilibrio hormonal.
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Las hormonas que activan la ovulación y la menstruación también ayudan a liberar serotonina, una sustancia química que nos ayuda a regular los estados de ánimo.
Durante la menopausia, la producción de estas hormonas disminuyen y, a su vez, también lo hace el nivel de serotonina, según afirma la experta en menopausia Eileen Durward. En general, cuando los niveles de serotonina son altos, estarás de mejor humor.
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Los problemas del sistema digestivo también pueden surgir como resultado de un desequilibrio hormonal. Con la menopausia, el nivel de estrógeno en el cuerpo disminuye, lo que significa que los niveles de cortisol se desequilibran.
Cuando los niveles de estrógeno son altos, los niveles de cortisol se mantienen bajos y así es como el azúcar en la sangre y la presión arterial se mantienen en equilibrio.
Cuando los niveles de estrógeno son bajos, la adrenalina se activa más fácilmente. Y, según afirma Durward, esto afecta en gran medida a la digestión. Además se acumulan más gases y provoca estreñimiento e hinchazón.
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Al pasar por diferentes etapas durante la menopausia, los niveles de las principales hormonas de nuestros cuerpos (insulina, adrenalina y cortisol) van fluctuando.
Mientras que la adrenalina y el cortisol controlan nuestros niveles de estrés, la insulina regula los niveles de azúcar en la sangre y aumentará cuando consumamos mucho azúcar y alimentos procesados.
Cuando experimentamos un desequilibrio hormonal, nuestros cuerpos no tienen suficientes recursos para producir grandes cantidades de hormonas secundarias como el estrógeno y la progesterona, según afirma la Dra. Marcelle Pick. Estas hormonas se encargan, entre otras cosas, de la digestión y el apetito, por ello, cuando tenemos un desequilibrio hormonal sentimos mayor ansiedad.
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La pérdida de la memoria puede tener muchas causas, pero entre ellas se encuentra el desequilibrio hormonal. Los niveles bajos de estrógeno afectan directamente a nuestros neurotransmisores, que pueden afectar a nuestro estado de ánimo, niveles de estrés, memoria y capacidad de pensar.
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La disminución de los niveles hormonales de estrógeno afectará a la piel de diferentes maneras. La piel de los senos se volverá más seca y menos elástica, los senos perderán firmeza y, probablemente, cambiará el tamaño de tu copa.
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Si eres mujer y sospechas que estás sufriendo un cambio hormonal, acude a tu médico para que examine tu caso y te recomiende los pasos que debes seguir.
¿Crees que puedes estar experimentándolo? ¡Cuéntanoslo en los comentarios! ¡Comparte este interesante artículo con todos tus amigos! Fuente: Little Things
