Para los egipcios la muerte no era solo el fin de la vida. Iba mucho más allá y la veían como algo aterrador por lo que había que combatir.
Ellos pensaban que después de morir tendrían que abrirse paso a través de 12 infernales tierras, entre otras cosas. Te las contamos con detalle a continuación.
Pruebas que los egipcios creían que se pasaban al morir 1- Luchar contra las 12 tierras del infierno
Como en casi todas las religiones, en la egipcia también se tiene la creencia de que al morir hay un paraíso eterno, en este caso se llama Aaru. Para llegar hasta él, tienes que atravesar 12 tierras del infierno llamadas Duat.
La creencia dice que esa tierra estaba llena de demonios, monstruos, las almas de los condenados y también dioses. Las muertos que vagaban por allí serian perseguidos por bestias que querían devorar sus almas.
2- Retardaban la descomposición de los cuerpos por un motivo
Y el motivo era que los muertos necesitaban tiempo para luchar a través del Duat. Si se descomponían antes de llegar al paraíso no podrían entrar. Además, pensaban que el alma se descomponía en dos partes: la personalidad y la esencia vital.
Ambas debían llegar a tiempo al paraíso. Si se descomponía antes, la esencia vital quedaría vagando sin rumbo y sin encontrar su alma porque está no le reconocería.
3- Los muertos necesitaban comer
Los egipcios pensaban que incluso después de la muerte necesitarían alimentos, es por eso que almacenaban comida para su viaje a través del Duat. Lo más raro es que había alguien que introducía los alimentos a las momias en un ritual a través de agujeros en la boca de la estatua.
4- Viajando en una pirámide
El alma cuando era liberada aún necesitaba encontrar su camino al Duat. Los cuerpos se introducía en las pirámides porque pensaban que se así se transportarían al espacio exterior.
De hecho, pensaban que en el cielo había una entrada al Duat. Al principio, esto solo era una opción para los faraones, pero más tarde abrieron esta posibilidad a todos.
5- Los sirvientes debían morir con el faraón
El faraón no podía ir solo a la otra vida, se llevaba a sus sirvientes con él, matándolos. Necesitaba las comodidades y lujos en la otra vida. Esto incluía a artistas, sus seres queridos e incluso los animales. El caso más loco fue el del faraón Djer qué envenenó a una docena de personas e incluso a su hijo.
6- A gritos con los dioses
Los egipcios pensaban que la separación entre el cielo y la Tierra era un gran cuerpo de agua, y por eso para entrar en el Duat había que cruzarlo, la única manera de conseguir eso era convenciendo a una especie de parca de que te llevase. Pero para conseguir su beneplacito no habia que ofrecerle nada, solo gritarle.
7- Atravesar 12 puertas
Llegar al Duat no era fácil, por tanto las almas de los egipcios tenían que atravesar también 12 puertas, cada uno con un guardián al que tenías que convencer.
El guardián podría matarte de una forma cruel el alma. Incluso los egipcios tenían sus versiones detalladas de quienes eran los guardianes de estas 12 puertas y sus castigos para las almas.
8- El sellado
El alma, que cruzaba a través del Duat, tenía que resistir a muchas tentaciones pues sería juzgada por los dioses al final. Pensaban que había una manera de hacerse inmortal y era llegando a donde Osiris estaba enterrado, pero esto no era fácil. Sus restos estaban enterrados rodeados de un muro de fuego y encerrado dentro de algo llamado 'lo sellado'.
9- Comerse a los dioses
Los faraones pensaban que estaban destinados a obtener la vida eterna, e incluso osaban amenazar a los dioses. Cuando el faraón Unis murió, hizo que sus sacerdotes cantaran a los dioses que iba a matarlos y comerse sus entrañas.
Esto era porque los primeros faraones creían que comerse a los dioses les permitiría absorber sus poderes mágicos. La tumba de Unis está llena de advertencias hacia los dioses porque realmente creía que iba a matarlos.
10- El peso del corazón
Si un alma lograba atravesar el Duat, su corazón se pesaría para ver si no habían incumplido las leyes y eran inocentes, y entonces se les permitía avanzar hacia Aaru, el paraíso.
Si el corazón no era digno, el alma del muerto sería arrojada a una bestia llamada Ammitt, el Devorador. Los torturaría, los destrozaría, los arrojaría al fuego, entre otras cosas. Por eso, incluso el pasar el viaje por el infierno, no había nada que garantizase la entrada en el paraíso.
¿Cómo te has quedado con estas creencias? ¿Las conocías? ¡Comparte con tus amigos y familiares esta curiosidades sobre Egipto! Fuente: listverse