La ciudad de Edimburgo enamora por sus paisajes, su cultura, sus monumentos, pero también por sus historias de fantasmas y sus terroríficos rincones. La forma en la que se convive con la muerte y los fantasmas es una de las cosas que más atraen a los turistas.
Los 10 fantasmas y leyendas más conocidas de Edimburgo 1- El gaitero del castillo de Edimburgo
El gaitero solitario o the lone piper, es el único habitante de la ciudad que nunca abandona la fortaleza. Según cuenta la leyenda, descubrieron que los antiguos defensores del Castillo excavaron túneles subterráneos para conectar el castillo de forma secreta con otras partes de Edimburgo.
Para descubrir a dónde llegaban, mandaron a un joven gaitero a explorar los túneles mientras tocaba, para que desde fuera pudieran saber dónde estaba. De repente, la música dejó de sonar y jamás se le volvió a ver. Desde entonces, muchos aseguran oír el sonido de las gaita...
2- La mano de John Cheeley
John Cheesley era un hombre que quería divorciarse pero que no estaba de acuerdo con la sentencia de la pensión que le tenía que pasar a su mujer, por lo que decidió matar al juez. Como castigo, le cortaron el brazo con el que había empuñado el arma y lo ataron a una cruz para que se desangrara. A la mañana siguiente, su cuerpo había desaparecido.
En los años 70 encontraron su cuerpo, pero no su brazo. Por eso dicen que al pasear por el centro de Edimburgo puede ser que notes que alguien te roza, es él.
3- El caníbal de Edimburgo
Sawney Bean, según la leyenda, ejecutó y devoró, junto a su clan, a un millar de personas en el siglo XVII. A pesar de que no está considerado un episodio real, ha inspirado numerosos libros y películas.
Sin embargo, una historia que sí que es real es la de que el hijo mayor del marqués de Queensberry nació con algún tipo de demencia. Su familia lo mantenía encerrado en una habitación para que nadie conociera la existencia de la criatura, de fuerza descomunal y carácter salvaje.
4- El puente maldito
Cuando se construyó la nueva ciudad de Edimburgo, hicieron un puente que la unía con la zona antigua. Por desgracia, el puente se hundió y murió mucha gente. Lo arreglaron, pero ya todo el mundo pensaba que estaba maldito y nadie quería cruzarlo. Por ello, decidieron construir un nuevo puente, el de Nord Bridge.
Para demostrar que no suponía ningún peligro, quisieron que la mujer más anciana de la ciudad lo cruzara. La noche antes de la inauguración, la mujer murió de forma "natural". Para no alarmar a los habitantes, montaron al cadáver en una silla de ruedas. A medio camino, tropezaron y cayó, y todo el mundo pensó que había muerto en ese momento.
5- Last Drop
En la plaza Grassmarket, el Last Drop es uno de los bares más conocidos. Se dice que era el bar donde llevaban a la gente a tomar el "último trago" antes de ahorcarlos.
Además, se dice que en él habita el fantasma de una niña con ropa medieval que molesta a los clientes de la barra.
6- La habitante de Mary King's Close
Debajo de la Royal Mile y la Old Town de Edimburgo se extiende una pequeña ciudad subterránea, llena de callejones cerrados en el siglo XVII. El más importante es el Mary King's Close, antiguamente una animada calle comercial; hoy en día un callejón silencioso, reconvertido en atracción turística.
7- Autorretrato de David Alan
En el cementerio de Old Carlton se encuentra un retratista, en cuya tumba, las manchas de humedad han dibujado una cara atormentada. Un estudio ha demostrado que fue enterrado vivo, por lo que se piensa que esta fue su última obra.
8- El poltergeist de Mackenzie
En el cementerio de Greyfriars se ejecutaron a los covenantes, un movimiento religioso contra el rey Carlos II. Mackenzie los condenó a todos y los encarceló en una zona del cementerio donde también los ejecutaron.
Cuando Mackenzie murió, esa zona del cementerio se creyó que estaba encantada. Quienes pasan por allí sienten arañazos, se desmayan... Por eso ha sido cerrada y exorcizada.
9- Criptas de South Bridge
En el siglo XVII, tras la construcción de South Bridge, en los 19 arcos del puente se construyeron 120 criptas y pasillos subterráneos, conocidas como Edinburgh Vaults. Durante mucho tiempo albergaron tabernas, tiendas...
Con el paso del tiempo, las criptas se fueron abandonando, y algunos de los habitantes más pobres se instalaron en ellas. A día de hoy, de los 19 puentes solo es visible el de Cowgate.
10- Ladrones de tumbas
A los criminales escoceses los mataban, pero no merecían ser enterrados en el Camposanto, así que los donaban a la ciencia. A principios del siglo XIX, derogaron la Ley de Disecciones, por lo que nacieron los ladrones de tumbas.
Cuando fueron protegidas, se creó un mercado negro de cadáveres, incluso llegando a aparecer asesinos a sueldo contratados por médicos y científicos.
¿Conocías estas historias de terror sobre la ciudad de Edimburgo? ¡Cuéntanoslo en los comentarios! ¡Comparte estas historias con tus amigos! Imagen de portada: Giuseppe Milo / CC BY 2.0 Fuente: masedimburgo / losviajesdeclaudia / viajarporescocia