Para aquellos que eligen ser enterrados después de su muerte sabrán que es trabajo de los familiares encargarse del lugar elegido de descanso cuando ellos ya no estén. Mucha gente se centra en tener una lápida perfecta hecha de mármol de buena calidad o tenerla llena de flores para darle un aspecto más alegre.
Este hombre, sin embargo, ha dedicado una gran cantidad de tiempo y esfuerzo a asegurarse de que la tumba de su difunta esposa luzca tan perfecta y bonita como siempre pensó que era su propia mujer.
Roger Reissig compartió en su muro personal de Facebook una curiosa historia. Todos los días su padre seguía la misma rutina, ir a la tumba de su difunta esposa. Roger cuenta cómo su padre iba dos veces al día al cementerio y regaba el césped de alrededor de la lápida, al igual que llevaba rosas nuevas cuando las que había en la tumba tenía comenzaban a marchitarse.
‘Tiene una rutina, siempre coge las rosas de nuestro jardín y las lleva a la tumba de mi madre’
‘Cuando llega al cementerio coge una de las mangueras y riega el césped dos veces al día. Con la reciente sequía, la tumba de mi madre es una de las únicas que ha conseguido un aspecto bonito destacando sobre las otras’.
Su padre tuvo recientemente una discusión con otro visitante frecuente del cementerio, una mujer que perdió a su marido que era Sargento de Las Fuerzas Aéreas. Los dos hablaron y compartieron historias de sus cónyuges, a partir de ese momento el padre de Roger comenzó a regar también su tumba.
Ahora ambas tumbas destacan sobre las demás.
‘Dice que es lo menos que puede hacer por él después de haberse sacrificado por todos nosotros’ publicaba Roger.
Mantener las dos tumbas en buen estado es sin duda un gesto muy bonito y altruista.