Raul Marin Ceja es un hombre mejicano que mientras un sábado por la mañana temprano realizaba, como hacía todos los días, el camino al trabajo, descubrió algo que nunca se habría imaginado.
En un momento dado que miró hacia abajo, se dio cuenta de que había un bulto de mantas en la tierra que le resultó extraño. En un primer momento pensó que se trataría de basura o de un animal, pero tenía un presentimiento que le hizo acercarse para descubrirlo.
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Cuando abrió las mantas no podía creer lo que encontró dentro, ¡era un bebé! Y además era recién nacido; aún tenía hasta el cordón umbilical. Sin dudarlo ni un momento, lo cogió entre sus brazos y se fue directamente hacia el hospital.
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Por suerte, cuando llegaron al hospital le dijeron que el bebé gozaba de buena salud. Trataron de investigar sobre la familia del pequeño, pero nadie logró encontrar información de sus padres.
Sin embargo, Raúl sintió un vínculo especial con el bebé y pensó que encontrarlo había sido cosa del destino; por lo que decidió que quería adoptarla.
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La familia de Raúl lo apoyó desde el principio completamente en su decisión. Raúl contó que quería que, aunque el bebé hubiera tenido un comienzo difícil en la vida, su rumbo cambiara a partir de ahora. Por suerte, el destino había hecho que se encontraran para darle al niño, una vida nueva, mucho amor y un hogar. Un acto de lo más solidario y bonito por su parte.
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¿Quién puede hacerle una cosa así a un bebé? ¿Qué le podría haber pasado si Raúl no pasa ese día por allí, o no se percata de su presencia? Afortunadamente lo encontró y la vida de este pequeño va a cambiar mucho a su lado. ¡Todo un héroe!
