Lacks: La primera mujer de la historia que fue inmortal sin saberlo

Lacks: La primera mujer de la historia que fue inmortal sin saberlo

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¿Puede, tras tu muerte, una parte de ti seguir viviendo durante generaciones? Esa es la historia de Henrietta Lacks, una madre afroamericana cuyas células cancerígenas han cambiado para siempre la investigación médica moderna.

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Y, sin embargo, quitando a un puñado de lectores y los aficionados a las radios públicas, su nombre y sus contribuciones a la ciencia siguen siendo en gran parte desconocidas.

Nacida en 1920 en una familia de agricultores de tabaco de las zonas rurales de Virginia, Henrietta se trasladó a Baltimore con su marido durante la Segunda Guerra Mundial.

Después de sentir un "nudo en el vientre", lo primero que Henrietta pensó es que estaba embarazada, y así fue. Sin embargo, tras el nacimiento de su quinto hijo, el nudo resultó ser un tumor cancerígeno de cuello de útero.

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Le realizaron una biopsia en el hospital de Johns Hopkins, donde cosecharon algunas células, sin el conocimiento ni consentimiento de Henrietta, y fueron llevadas al investigador de cáncer, el doctor George Gey.

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Flickr

El doctor Gey había estado intentando durante años hacer crecer células humanas fuera del cuerpo.

Con el fin de obtener muestras lo suficientemente grandes para su investigación, utilizó células recogidas de muchas bipsias de tumores en la Universidad Johns Hopkins. El problema era que las células se morían siempre, a excepción de las de Henrietta Lacks. Sus células no solo no murieron, sino que siguieron creciendo.

Aunque Henrietta murió de cáncer de cuello de útero con tan solo 31 años, el doctor Gey reprodujo cientos de miles de células tumorales, a las que calificó células HeLa, en honor a su donante.

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Esas células fueron, más adelante, utilizadas en laboratorios de todo el país para estudiar desde el cáncer hasta el sida, pasando por el sarampión, las paperas y la rabia. Fueron cruciales para el desarrollo de medicamentos y vacunas que han salvado millones de vidas.

Las células HeLa no sólo fueron las primeras células clonadas, también fueron las primeras células humanas en el espacio. Antes de enviar a un astronauta a la Luna, las células HeLa fuero disparadas al espacio exterior para poner a prueba los efectos de la gravedad cero en el cuerpo humano.

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Wikimedia

A pesar de todos los avances que se consiguieron en la ciencia moderna gracias a sus células, la familia de Henrietta no supo que se estaban utilizando en todo el mundo hasta unos 20 años después, cuando los investigadores contactaron con su hija, quien había perdido a su madre siendo aún un bebé.

No fue hasta 2013, después de que investigadores alemanes publicaran el genoma de las células HeLa sin el permiso de la familia Lacks, cuando sus hijos empezaron a ser incluidos en su legado.

En un acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud, a la familia Lacks se le concedió un control limitado sobre el acceso al código de ADN de la célula y el reconocimiento de documentos científicos. Además, dos miembros de la familia de Henrietta se han unido a un comité de seis personas para regular el acceso al código de células HeLa.

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Después de años de oscuridad, la historia de Henrietta finalmente ha salido a la luz, no solo en los libros de historia, sino también al resto del público. En 2010, su biografía de Rachel Skloot "La vida inmortal de Henrietta Lacks" encabezó la lista de los más vendidos.

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Esta mujer generó un gran cambio y avance de la medicina moderna, incluso sin saberlo. "No hay una sola persona en el mundo que realmente no se haya beneficiado de sus células", como dice Rachel Skloot.

¿Conocías la historia de Henrietta Lacks? ¿Qué te parece? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!

¡Comparte con tu familia y amigos!

Imagen de portada: Wikimedia Fuente: omgfacts
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