Pones el despertador muy temprano para que te de tiempo a hacer todas las tareas en tu día libre, pero cuando miras el reloj sientes que la mañana ha pasado volando y que no has hecho nada de lo que te habías propuesto. ¿Te suena esta situación?
Es muy normal que la mañana que no tienes que trabajar estés un rato más remoloneando en la cama, pero también debes marcarte objetivos para que tu mañana sea de lo más productiva. Para que eso ocurra, debes seguir algunos pasos que pueden ayudarte.
En primer lugar, procura no levantarte con el pie izquierdo, si empiezas el día de forma negativa, es muy probable que tus ganas de hacer todas tus tareas se vayan al traste.
Intenta ponerte una canción que te guste como despertador y levántate con toda la energía posible.
No te pongas la televisión mientras desayunas o tengas la radio, intenta desayunar en silencio, programando todo lo que vas a hacer y pensando en cómo vas a organizarte para realizarlo todo.
Empieza por lo más difícil o por lo que más pereza te de, así el resto de la mañana será mucho más llevadera y harás cosas que te gusten más. Estarás más motivado para acabar esa tarea si la que viene después es menos complicada para ti.
Es importante que desayunes bien y tomes algo rico en vitaminas porque es lo que te va a ayudar a que tu cerebro se mantenga activo. Bebe un vaso de agua en ayunas y pon en marcha tu cuerpo para un día de actividad.
Intenta conseguir todos los objetivos que te propongas para esa jornada y tómatelo con calma, es mejor ir despacio y hacerlo bien, que ir con prisas y que las tareas acaben con un resultado mediocre.
