Hace unos años, la fruta de temporada tenía más valor, ya que solo se podía comer durante esa época pero; con la aparición de los invernaderos, este concepto se perdió ya que ahora puedes conseguir casi cualquier tipo de fruta en cualquier época del año.
La fruta de invernadero, la que no es de temporada, tiene un problema y es que suele ser muy insípida.
La mejor opción para comernos la fruta con todo su sabor será congelar previamente la pieza. Pero no se puede congelar de cualquier forma. Este proceso tiene su técnica.
Hoy te traemos una técnica para congelar los melocotones.
Es muy importante elegir los melocotones adecuados. Deben estar maduros. Si no lo están, envuelve los melocotones en papel sin que se toquen entre ellos y déjalos madurar durante 24-48 horas a temperatura ambiente.
Una vez que los melocotones están maduros, debes hacerles una cruz en la parte inferior de cada melocotón con un cuchillo.
Pon una olla con agua a hervir y coloca los melocotones en el agua durante 30-60 segundos.
Saca los melocotones inmediatamente y colócalos en agua muy fría.
Este proceso se conoce como escaldado y hace que la piel de fruta sea fácil de pelar.
Comienza a pelar los melocotones por la cruz, eliminando la piel con cuidado.
A continuación, corta el melocotón por la mitad y quítale el hueso.
Puedes congelarlo en mitades o hacerlo en gajos, para facilitar su posterior consumo.
Coloca todos los gajos en una bandeja con papel encerado sin que se toquen entre ellos.
Tápalos con film de plástico y metelo en el congelador, dejándolos un día completo.
Cuando los trozos ya están congelados, puedes almacenar los trozos a un fiambrera para que no ocupe tanto espacio. Se congelan previamente en la bandeja para evitar que los gajos se peguen entre si.
El proceso ha finalizado y ahora puedes disfrutar de los melocotones durante el resto del año. Solo tendrás que sacarlos del congelador y dejar que se descongelen. Los puedes comer de muchas formas, pero con yogur y cereales están deliciosos.
