Cuando vemos a un adorable animal, nuestra primera reacción suele ser acercarnos a él y rascarle, acariciarle o ponernos a jugar con él. Pero a veces, las criaturas más cariñosas son las que menos nos esperamos, ya que no atraen tanto nuestra atención.

Seguro que nunca habías pensado en los murciélagos cuando te imaginas a pequeñas criaturas amorosas. La cultura pop los ha calificado de bichos espeluznantes que habitan en las cuevas y que se alimentan de sangre de otros animales. Aunque este hecho sea cierto para algunas especies, no es lo más común.

Conoce a Jeddah el pequeño murciélago. Pertenece al cuidador Mandi Griffith de la organización de rescate y rehabilitación Sydney Wildlife. Jeddah echará por tierra las prejuicios que tenías sobre estos mamíferos alados, y es que cuando le das un poco de afecto...

Jeddah el murciélago no es el típico habitante de las cavernas. Le encanta la atención de la gente, especialmente de Mandi Griffith. Jeddah es muy cariñoso, ¡e incluso pone la cabeza en el regazo de Mandi como un perro para que pueda acariciarlo!

Debido a las lesiones que sufre, tiene que quedarse con un cuidador y no podrá ser puesto en libertad. Él estará a su cargo durante toda su vida, pero el chico recibe masajes diarios, ¡por lo que no parece tan malo estar en esa situación!

A pesar de que Jeddah es amable y amistoso, hay una advertencia de los expertos sobre estos animales que la gente debe prestar atención:

No te hagas cargo de murciélagos a no ser que estés vacunado y entrenado para ello. Algunos murciélagos son portadores de virus mortales, y otros pueden morder y arañar. Espera a escuchar el sonido que Jeddah hace cuando le acarician la cabeza, ¿no te han entrado ganas de acariciarlo?