Todos tenemos traumas que son causados por sucesos en nuestra vida, ya sea cuando somos niños o de adultos, y que marcan el resto de nuestras vidas. Algunas personas son capaces de resolver y superar estos traumas por sí mismos pero otros necesitan ayuda de profesionales, como le ocurrió a este hombre que te traemos hoy.
El hombre fue a la consulta de un psiquiatra por un problema que le venía persiguiendo desde que era pequeño. El psiquiatra le aseguró que en tan sólo un año sería capaz de curarle.
¿Quieres saber cómo? Te lo contamos a continuación:
Este hombre decidió ir al psiquiatra ya que tenía un miedo incontrolable que era incapaz de superar por sí mismo. Le costó un par de meses confesar que su problema era que cada noche, cuando se acostaba, estaba realmente asustado porque pensaba que había alguien escondido debajo.
El psiquiatra le aseguró que si se sometía a un tratamiento con él durante un año terminaría completamente curado. Tendría que ir a su consulta tres veces a la semana durante un año completo, lo que implicaba un gran gasto ya que cada consulta costaba una media de 80 dólares. El cliente le aseguró que se lo pensaría pero nunca volvió.
Seis meses más tarde, los dos hombres se encontraron en la calle. El psiquiatra no dudó en preguntarle por qué nunca había vuelto a ir, ya que en su opinión profesional, no podía seguir viviendo con esos miedos y tenía que superarlos tarde o temprano.
El cliente se rió antes de responderle: 'Cobrabas 80 dólares cada consulta y tenía que ir tres veces a la semana lo que hace un total de 12,480 dólares al año, era una gran cantidad de dinero. En su lugar, un camarero ha sido capaz de curarme por tan sólo 10 dólares y gracias a todo el dinero que me he ahorrado me he comprado una camioneta nueva'.
El psiquiatra se quedó sorprendido y le preguntó: '¿Y puedo saber cómo le ha curado?'
El cliente sonrió antes de decir: 'Me aconsejó que cortara las patas de la cama, de esa forma nadie podría esconderse debajo'
El hombre se dio la vuelta y se marchó dejando al psiquiatra con la boca abierta y totalmente asombrado en mitad de la calle.
