Este Bebé Pingüino está buscando a alguien... Cuando finalmente se encuentran ¡No podrás parar de reír!

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¿Alguna vez te has parado a pensar lo extrañas que son realmente las cosquillas?

Se trata de algo que la mayoría de nosotros le hace a los demás, o a nosotros mismos, sin pararnos a cuestionarnos cómo funcionan.

Las cosquillas nos hacen reír, pero cada vez que alguien empieza a hacérnoslas, tendemos a tratar de detenerle por todos los medios para que pare. Así que... ¿Qué es lo que ocurre en nuestros cuerpos cuando alguien nos molesta con esas cosquillas?

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Cuando alguien te toca, las terminaciones nerviosas bajo tu piel le dicen a tu cerebro que estás recibiendo cierta presión. Entonces, el córtex del cíngulo anterior del cerebro (la parte encargada del placer) también analiza estas señales.

Los científicos creen que la risa es en realidad un mecanismo de defensa, lo que podría explicar por qué nuestras zonas más vulnerables (la garganta, las axilas, los pies...) son los más sensibles a las cosquillas. Todo ese procesamiento dentro de tu cerebro muchas veces resulta en una gigantesca risa sin control que en ocasiones incluso llega a provocar que se nos salten las lágrimas. Además de ser un efectivo mecanismo de defensa personal, las cosquillas ofrecen bastantes beneficios a los niños y sus padres. Aparentemente, los psicólogos infantiles ven las cosquillas como una actividad que une a los padres y a sus hijos en las edades más tempranas, haciendo que se sientan más cómodos cada vez que se tocan. No es de extrañar que a los padres les guste tanto hacer cosquillas a sus hijos.

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Mientras que los humanos disfrutan mucho haciendo cosquillas a los demás, parece que a nadie le gustan tanto las cosquillas como a este pequeño pingüino llamado Cookie.

Este pequeñín vive en el Zoo de Cincinnati, y se ha vuelto muy famoso por repartir toda su alegría y risas dondequiera que vaya.

Aquí uno de sus cuidadores le hace cosquillas en la barriguita, y le hace reír tan fuerte que seguramente lo haya escuchado todo el zoológico. ¿Se parece la risa de los pingüinos a la humana? ¡No te pierdas el vídeo y compruébalo por ti mismo!

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