Derek y Ali, un matrimonio con dos hijos, llevaron como cada mañana al pequeño de los dos a la guardaría. Nunca habían tenido ningún problema con la guardería ni con ninguno de los responsables que cuidaban a su hijo, pero esa mañana el destino no estaba de su parte. Un error de uno de los empleados de la guardería marcó el resto de sus vidas.
En la guardería, uno de los trabajadores dejó a Shepard, el hijo de la pareja, en una sillita de seguridad para el coche en vez de dejarle en una cuna para que durmiese. Dos horas después, cuando fue a por él, se horrorizó. Shepard estaba azul. Llamó enseguida al 112, pero no pudieron hacer nada, Shepard falleció de asfixia postural o posicional.
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Los bebés nunca deben quedarse dormidos en un asiento para coches, ya que, si no están atados correctamente, puede que el aire que no les llegue bien a los pulmones y pueden asfixiarse. Muchas personas no son conscientes de ello y tanto estos padres como los responsables de la guardería aprendieron la lección de la peor manera posible.
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Derek decidió compartir la historia de su hijo en los medios de comunicación con el fin de evitar que otros padres pasaran por lo mismo que él y su familia habían vivido.
"Pude besarle en la frente. Tenía frío. Sabía que había llegado la hora", dijo Derek.
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El informe inicial de la guardería no incluyó la muerte de su hijo Shepard. Solo apuntaban que habían dejado al niño durmiendo en una sillita para coches, pero no decía nada de su muerte. De hecho ningún padre sabía que su Shepard había muerto al cuidado de los empleados de la guardería.
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En la guardería, los empleados tenían ordenado poner a los niños a dormir en esas sillitas. Por ello a la guardería se le quitó la licencia de inmediato.
La próxima vez que vayas a dormir a tu bebé, recuerda no hacerlo en una sillita de seguridad, ya que las consecuencias pueden ser devastadoras. Los niños siempre deben dormir en sus cunas.
