Estas son las razones por las que no eres una madre enrollada

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Probablemente, antes de ser madre pensabas que serías una madre enrollada, de las que no se preocupa, viste a sus niños con ropa bonita y es divertida. Pero cuando te toca educar a un niño pequeño, te das cuenta de que es agotador. Exige mucho esfuerzo, tanto mental como físico, y hay que ser fuerte. Cosas que parecían divertidas, no lo son tanto.

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Criar a un niño requiere seriedad, valores y una mente bien amueblada. Saber llevar sus rabietas, su impertinencia y todas las cosas que conlleva ser un niño pequeño, y educarlo de la mejor manera posible para que deje de hacerlo.

A continuación te dejamos con las razones que demuestran que no eres una madre enrollada.

1- Educas a tus hijos lo mejor que puedas.

Conviértelos en personas educadas, respetuosas y con buen carácter. No valorarán cuando les regañes, porque no les gustará o pensarán que no es bueno para ellos. Pero cuando sean mayores, te lo agradecerán.

2- Te has casado con un padre enrollado.

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Tu marido es el superhéroe de la familia. Cuando entra a casa por la noche, tus hijos montan una fiesta como si estuviesen viendo a Superman.

3- Regañas a otros niños.

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Cuando llegas al parque y ves a un niño maleducado, no dudas en decirle algo. Seguro que si fuese tu hijo, otra madre le regañaría.

4- Te niegas a educar a pequeños manipuladores.

Esto es especialmente crucial porque estás educando a futuros hombres. Si en algún momento creen que pueden manipularte simplemente por ser mujer, habrás fallado como madre.

5- No los premias cualquier día.

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Los regalos son para días de fiesta como cumpleaños y ocasiones especiales. No te parece bien hacer regalos porque sí.

6- No eres su amiga.

Cuando son pequeños, esta condición no se cumple tanto, pero cuando llegan a adolescentes y empiezan a alejarse, muchos padres tienden a optar por intentar ser sus amigos para estar cerca de ellos y participar en sus vidas.

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Pero no debes hacerlo nunca. Eres un adulto maduro y tienes mucha sabiduría y experiencia. No necesitas que un niño de 14 años te diga amigo.

7- Mándale tareas molestas.

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Las madres persistentes crían a hijos exitosos. Envías a tus hijos a limpiar sus habitaciones, hacer sus camas, sus deberes y poner la mesa.

8- Tu forma de educar funciona.

La disciplina sutil y las teorías de educación positiva no funcionan con tus hijos. Consigues que tus hijos escuchen y obedezcan tan solo con una mirada, sin importar la edad que tengan.

9- Les prohíbes cosas.

Los niños siempre hacen cosas mal. Tienen mucha imaginación y se le ocurren ideas como vestir al gato o subirse encima del perro. Pero la mascota no es un muñeco ni un caballo así que deberás prohibírselo y asegurarte de que no lo vuelven a hacer.

10- Espera a ser abuela.

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Si aún sientes el deseo de ser enrollada, deberás esperar a ser abuela. Cuando tienes nietos, todo es diferente. Todos sabemos que las abuelas son las que consienten si mamá ha dicho que no. En este momento, ya puedes comportarte como quieras y darle caprichos a esos pequeños. Al fin y al cabo, eres la abuela.

¿Y tú? ¿Eres una madre enrollada o no?

¡No olvides compartir con todos tus amigos y familiares!

Fuente: Scarymommy | Huffingtonpost
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