Esta señora siempre duerme con la mano sobre el pecho de su marido. Descubre la razón que ha hecho viral su extraña manía

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Un entrañable anciano decidió compartir su historia a través de las redes sociales y ha conseguido llegar al corazón de todas las personas.

A través de una página de Facebook que se encarga de recoger historias de personas de todo el mundo conocida como Humans of New York, este hombre explica por qué a su mujer, la cual está perdiendo poco a poco por culpa de la demencia, le gusta guardar la mano bajo su camisa.

Este tipo de historias son las que te hacen creer en la existencia del amor verdadero:

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Humans of NY
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La historia de amor de esta pareja comenzó el mismo día en que se conocieron cuando él tenía 19 y ella solo 16, el amor a primera vista que sintieron en ese momento perdura hasta entonces.

Poco tiempo después de conocerse, se casaron para llevar una muy feliz vida en pareja hasta nuestros días. Sin embargo, tras celebrar su 50 aniversario, la historia de esta pareja tomó un rumbo diferente ya que la mujer comenzó a ser víctima de la demencia.

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"De camino a casa, ella me repetía constantemente que íbamos por el camino equivocado. No intenté convencerla, dejé que diésemos la vuelta porque sabía que tarde o temprano volveríamos a toparnos con la autopista que nos lleva de vuelta a Michigan. Entonces lo supe. Su padre tuvo demencia, no me resultó difícil imaginar qué estaba ocurriendo."

A partir de ese momento, la enfermedad comenzó a tomar el control de su mente y poco a poco su esposa comenzó a perder todos los recuerdos de su vida. Una mañana, su esposo descubrió que su mujer abandonó la casa en mitad de la noche. Aunque por suerte fue capaz de encontrarla, ella puso bastantes pegas por volver. Otro día, de repente olvidó cómo tocar el piano a pesar de que era uno de sus pasatiempos favoritos.

"Es un honor poder ayudarla. Ella ha ayudado a mi familia toda su vida y ahora me toca a mí devolverle el favor. Puede que no esté conmigo mentalmente pero todavía la tengo a ella. Todavía la puedo hacer sonreír y hacer que se ría a carcajadas.

Cada mañana nos sentaremos en esta silla y nos abrazaremos hasta el mediodía. A ella le gusta deslizar su mano bajo la camisa para sentir mi piel y el latir de mi corazón. De vez en cuando me da un beso, a veces dice alguna palabra sin sentido pero nunca la callo porque eso es mejor que nada."

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"Yo tenía diecinueve años y ella dieciséis. Solíamos vernos los domingos. Fuimos poco a poco, éramos muy conservadores. Cada cita era más tierna que la anterior. Poco después me llevó a su baile de graduación. Fui el único que iba sin smoking.

Yo era agricultor, la gente de la ciudad no sabía muy bien qué hacer conmigo. No puedo decir cuándo nos enamoramos, no puedo siquiera decirte cuándo le pedí que se casase conmigo, todo fue muy natural. Creo que estábamos sentados en el coche cuando le di el anillo. Éramos gente muy sencilla, todos los días eran días felices."

"Celebramos nuestro 50 aniversario de boda en Branson, Missouri. De camino a casa descubrí que ella sufría demencia. Pronto comenzó a olvidar los nombres. Cuando empeoró, empezó a sentir unas ganas locas por salir de casa por su cuenta. Tenía que estar siempre con ella para que no se escapase.

Tuve que dormir frente a la puerta para evitar que se fuera. Una mañana me desperté y no pude encontrarla. Corrí hacia fuera, estaba todo oscuro. A penas pude verla gracias a la luz de una farola que la iluminaba cruzando la carretera. Corrí y la atrapé, pero entonces ella comenzó a discutir conmigo diciendo que no quería volver a casa."

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"Echo de menos que no podamos salir a bailar o visitar a otras personas. Solíamos ir como voluntarios al centro de ancianos todos los miércoles. Ella tocaba el piano mientras yo le pasaba las páginas de la partitura. La música era su vida, desgraciadamente, un día ya no supo cómo tocar y tuve que decirle al personal que necesitarían a otra personas para llenar de música la sala. Ahora me toca a mí ayudarla y hacerla sonreír.

Cada mañana nos sentaremos y dejaré que deslice su mano bajo mi camisa tal y como a ella le gusta para que pueda tocar mi piel. A veces me da un beso de forma espontánea, otras dice algo indescifrable, sin embargo me siento afortunado por poder disfrutar de ella aunque sea solo durante esos destellos de lucidez."

¡Comparte esta historia de amor con todos tus amigos!

Fuente: Shareably
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