Una agente de policía no identificada de Cheshire, Inglaterra, ha escrito recientemente una carta publicada en Thin Blue Line UK Facebook Page, y se ha hecho viral en todo el mundo. La escribió desde lo más profundo de su corazón y refleja una de las situaciones más preocupantes del mundo policial. Aquí tienes su carta:
Una carta abierta a todos los ciudadanos de Reino Unido.
Queridos,
¿Por qué he elegido escribirles ahora? Bueno, soy oficial de policía. Les he servido durante 26 años, 2 de ellos como voluntaria. Me encanta mi trabajo, disfruto yendo a trabajar, y me siento realmente orgullosa y feliz cuando sé que he ayudado a alguno de vosotros.
Estuve con usted cuando su bebé falleció. Nada me afectó más que tener que trasladar a su bebé en un ataúd blanco en la ambulancia. Ni siquiera era madre por entonces.
Me senté con usted a revisarlo todo cuando un ladrón se hizo pasar por uno de nosotros para robarle, y le hice sentirse seguro de nuevo. He luchado con usted cuando estaba borracho, o simplemente enfadado. Por norma general, en el pasado, cuando esto ocurría después se disculpaban, pero ya ni eso.
He tenido que ir a su casa a resolver una disputa sobre quién tenía el control del mando. Yo tenía 19 años, ustedes 40.
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He asistido a su pareja cuando la ha maltratado y ha estado a punto de perder su vida, y me he asegurado que no vuelva a verlo de nuevo. Y gracias a eso a día de hoy tiene una vida nueva.
He cogido a su hija de 6 años en mis brazos, perdida y afectada porque su tío había abusado de ella repetidas veces. La abracé y todo el mundo sabe que me la habría quedado. Se convirtió en una prostituta debido a su pobreza y a la falta de atención social.
He protegido a los ministros del gobierno, teniendo que ser neutral en público.
He tenido que ayudar a recomponerse a mis compañeros después de que se encontraran a su hijo ahorcado y tener que cortarle la cuerda.
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He perseguido a esos niños que entraron a robar a su casa, los cogí y convencí al juez para enviarlos a prisión.
He convencido a su hijo para que se bajara del tejado, cuando quería tirarse.
Me he sentado con usted después de que fuera violada por un supuesto amigo suyo, llevándole en mi propio coche, peleando con los abogado que supuestamente estaban de nuestro lado, para asegurarme de que fuera a la cárcel. Fue muy valiente.
Me he sentado con sus hijos en la parte trasera del coche, mientras lloraban porque mamá no sabía como cuidar de ellos, pero seguía queriéndolos.
He apoyado a un compañero que había sido atacado por uno de vosotros, y en consecuencia ha tenido que abandonar su trabajo porque vive con pánico. Es una de las mejores personas que puedas conocer, y su vida está afectada para siempre. El delincuente cumplirá 8 meses.
Y eso no es todo. No soy la única. Hay miles que como yo hacen esto cada día para protegerle a usted. A veces nos enfadamos, nos cansamos, estamos de mal humor o actuamos de forma poco profesional. También ayudo a esos y me aseguro de que vuelvan a la carga. No tengo tiempo para los policías delincuentes.
Pero también soy persona. Soy una de ustedes. Soy esposa y madre de dos niñas. Las llevo al colegio, hago la compra, cocino y limpio. Me afectan las cosas que me dicen. La semana pasada me llamaron "puta". Pero eso es lo que menos me afecta, lo que más me afecta es lo que veo.
Esta semana otra de mi familia ha sido asesinada. La lista sigue creciendo. Pero nunca se hace más fácil perder a uno de las nuestros y menos de esta forma trágica e innecesaria. ¿Por qué alguien elige robarle la vida a una persona en lugar de tener un pinchazo en su coche robado? ¿Por qué?
La indignación pública actual sobre estos incidentes, por el asesinato de Fiona, Nicola, Dave y todos mis compañeros es alentador. Sé que usted sabe que nos necesita, se que nos apreciáis como oficiales de policía, y como personas.
Mi petición es que sigáis recordando esos sentimientos. Cada vez somos menos. No podemos hacer más de lo que estamos haciendo. Vamos a trabajar todos los días deseando que haya más de nosotros para cuidarlos más a ustedes. Nosotros, como todos los servicios públicos, tenemos límites. No podemos arrestar cada robo de 10 euros en una tienda que gana millones, porque entonces no tendríamos tiempo para cuidar de su hija adolescente que ha sufrido abusos sexuales. No podemos investigar cada daño criminal, ya que no tendríamos tiempo para detener el maltrato de género que daña sus mentes mucho más que el abuso físico.
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Todo es una prioridad. Lo sabemos. Y, sin embargo, todavía estamos preguntándonos cómo priorizar. Lo hacemos lo mejor que podemos.
No siento lástima por mí misma. Estoy feliz de seguir cuidándole, luchando por usted, intentando evitar un daño mayor. Pero quiero volver cada día a casa con mi familia. Quiero que mis compañeros vuelvan a casa cada día con sus familias.
Ahora necesitamos su apoyo más que nunca. Por favor, ayúdanos. Recuerde la angustia al ver a esas dos niñas entregándole flores y mensajes a su padre sabiendo que nunca volverá a casa. Recuerde la angustia de ver a los padres de los policías asesinados, sabiendo que nunca los verán casarse o tener nietos. Hay muchos por ahí, sólo hay que recordarlos.
Atentamente,
¡Una policía!"
